15/10/2020 REVISTA TRANSCAMION
La pandemia del Covid-19 ha añadido una mayor complejidad a la estructura de precios del transporte de mercancías por carretera europeo.
Los cambios en la base de costes, particularmente en los precios del diesel, que han beneficiado, sin embargo tienen en las fluctuaciones de la oferta y la demanda una contrapartida que tienden a influir con fuerza en la configuración de las tarifas de transporte por carretera. La pandemia ha provocado variaciones mucho más violentas e impredecibles en varios factores, tal como publica Ti-Insight.
Los precios del diésel son un componente clave del coste del transporte de mercancías por carretera europeo.
Existe una fuerte correlación entre los precios del diésel y las tarifas. Aunque los aumentos o caídas a más largo plazo en los precios del diésel tienden a reflejarse en las tarifas, las fuertes fluctuaciones semanales a menudo no se capturan de inmediato.
Esto se debe a las tarifas contractuales acordadas de antemano entre los cargadores y los transportistas y a la compra contratada de diésel por los transportistas más grandes, con precios a veces acordados con meses de anticipación.
Sin embargo, estos cambios en el precio del diésel aún marcan la diferencia. Una caída del 8% en los precios del diésel en el primer semestre (Eurostat) fue beneficiosa para los transportistas en general.
Los salarios son el otro componente importante y estos tienden a ser relativamente estables mes a mes, aunque los fuertes aumentos de los salarios en Europa central y oriental como resultado de las fuertes expansiones económicas recientes están afectando los costes de los transportistas en cierta medida.
Aparte de esto, otros componentes de costes como impuestos, seguros y peajes tienden a mostrar aumentos constantes a lo largo del tiempo.
En la primera mitad del año, COVID debilitó gravemente los volúmenes de carga por carretera europeos.
Esta falta de demanda aislada tendería a conducir a una caída de los precios, según la teoría económica general de oferta-demanda. Ti estima que el mercado se contrajo aproximadamente un 10% en términos reales en el primer semestre, una caída extrema en un mercado que tiende a crecer en cifras bajas de un solo dígito año tras año.
Sin embargo, a pesar de que la demanda se desplomó en general, el patrón en las rutas comerciales fue muy volátil e impredecible, lo que también influyó en las tarifas. Por ejemplo, la demanda de productos farmacéuticos y productos electrónicos de consumo se mantuvo fuerte, como el de alimentos, pero los volúmenes de fabricación de automóviles y otras industrias fueron mucho más débiles.
Cuando un viaje de ida y de retorno constan de diferentes conjuntos de estos bienes, la dinámica de precios puede verse afectada. Para los transportistas en rutas internacionales, la carga de retorno suele ser crítica en los precios de fronthaul.
Si la posibilidad de obtener una carga de retrono es menos segura, los transportistas deben aumentar el precio de ida para asegurarse de que pueden cubrir sus costos en un retorno potencialmente vacío o solo parcialmente lleno, y es lo que pasó en España en semanas críticas del confinamiento, tuvieron que suplementar con una media de 900 a 1.000 euros los viajes de retorno.
También hubo retrasos en frontera otro coste para los transportistas.
Si bien algunas de estas dinámicas del Covid deberían conducir a subidas de precios y otras a caídas de precios, el efecto general de estas dinámicas parece haber sido empujar los precios hacia abajo, salvo en algunos mercados potentemente exportadores.
En última instancia, parece que el impacto económico y la caída de la demanda han llevado a los transportistas a aceptar precios más bajos. Esto se demostró en el desempeño de la tasa de referencia de desarrollo Ti & Upply durante la primera mitad del año, así como en los resultados de algunos de los principales operadores. DHL Freight experimentó una caída del 8,7% en los ingresos a pesar de que los volúmenes solo cayeron un 0,9%.
De cara al futuro, la segunda ola de COVID tendrá un impacto en los precios. Sin embargo, dado que las fronteras siguen abiertas y los gobiernos parecen no estar dispuestos a imponer cierres similares en rigor a los observados en la primera mitad del año, es poco probable que la demanda vuelva a caer a mínimos tan alarmantes y, de hecho, es probable que continúe recuperándose hacia el final del año.
