Iñigo de la Serna: Con el paso cambiado

05/06/2018 DIARIO DEL PUERTO

Un año y siete meses. Ese es el exiguo tiempo que ha podido permanecer Íñigo de la Serna como ministro al frente de la cartera de Fomento.

Se convierte así De la Serna en el ministro de Fomento más breve desde que Luis Gamir Casares cesara con el último Gobierno de la UCD, es decir, el exalcalde de Santander es ya el ministro de Fomento que menos tiempo ha permanecido en el cargo en los últimos 35 años en España.

No obstante, el escaso tiempo de permanencia en el cargo es inversamente proporcional a la trascendencia de las medidas acometidas en los distintos ámbitos de competencias del Ministerio de Fomento.

Lo más destacado, sin duda, ha sido el esfuerzo de planificación desarrollado a lo largo de estos meses, alejado de la pesada y tradicional metodología de los planes de infraestructuras, poniendo sobre la mesa una novedosa y ambiciosa cartera de planes estratégicos con un enfoque eminentemente empresarial.

Especialmente relevante es el Plan de Internacionalización del Transporte y las Infraestructuras, orientado a dar respaldo a esa potencia mundial que son las empresas españolas a nivel mundial en esta materia; y no menos destacado es el Plan de Innovación para el Transporte y las Infraestructuras, diseñado para que España sea líder en materia logística en el marco de la revolución industrial 4.0.

Estos planes, en pleno proceso de implantación, quedan ahora en el aire con el cambio de Gobierno, como queda el conjunto de la gestión de De la Serna, que trabajaba con un horizonte como mínimo de 2020 y que ve cómo la moción de censura, como al resto del Gobierno de Mariano Rajoy, le ha pillado con el paso cambiado.

De la Serna deja el Gobierno sin poder terminar de cerrar asuntos tan polémicos y trascendentales como el de las radiales de peaje o, por supuesto, como el de la reforma de la estiba, que de momento se queda con el reglamento en suspenso.

Aún así, el ya ministro en funciones pasará a la historia precisamente por sacar adelante la transformación normativa de un sector de enorme complejidad y, además, apoyado en el Gobierno con menor apoyo parlamentario de los últimos años, lo que incrementa un mérito que los estibadores no le perdonan.

Veremos si los sindicatos no pasan factura en este ámbito de la mano del nuevo Gobierno.

Hay que destacar que De la Serna ha sido especialmente sensible a las demandas del sector logístico durante su mandato y hay muchos ejemplos como el caso del ámbito aeroportuario, el transporte ferroviario o la defensa de los intereses españoles en Europa en el ámbito del transporte por carretera.

Por último, De la Serna también debe apuntarse el acierto de haber puesto por fin un rumbo definitivo y claro a la consecución del Corredor Mediterráneo.
Sea como fuere, todos sus proyectos se quedan ahora a medio camino. Veremos quién y cómo los retoma.

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