El transporte por carretera europeo adoptará una velocidad más lenta y un control más estricto

16/02/2024 DIARIO DE TRANSPORTE

El sector europeo del transporte por carretera se ha enfrentado a un par de años difíciles. Después de disfrutar de una fuerte demanda y una capacidad de transporte limitada, la situación ha cambiado.

Los consumidores han vuelto a orientar su gasto hacia los servicios, lo que ha provocado réplicas en la demanda, mientras que los flujos comerciales internacionales han enfrentado el impacto de la desaceleración económica, las sanciones relacionadas con la guerra y las tensiones geopolíticas. Estos factores han hecho que las cifras de rendimiento en los puertos marítimos de Rotterdam, Amberes-Brujas y Hamburgo caigan un 6% durante los primeros tres trimestres de 2023, junto con un menor tráfico en el interior. A su vez, los volúmenes del transporte por carretera se han visto empujados a territorio negativo, y algunas empresas de transporte activas en el sector manufacturero han tenido que dejar temporalmente inactiva su capacidad, lo que ha sido poco común durante años.

Sin embargo, hay cierta esperanza de una leve recuperación en 2024. Tras una corrección del elevado gasto en bienes, se prevé que el transporte por carretera europeo experimente cierta recuperación. Sin embargo, el estancamiento económico está frenando el potencial de aumento del volumen y las inversiones. A su vez, el control de costos pasará a ser el centro de atención y la sostenibilidad también se convertirá en una parte más crucial del acuerdo.

Retos a los que se enfrenta el sector europeo del transporte por carretera

Las empresas de transporte europeas se enfrentan a una combinación desafiante de costos salariales en continuo aumento, que cubren hasta el 50% de la factura de costos, y un deterioro de las perspectivas arancelarias. Las tarifas al contado cayeron por debajo de las tarifas de los contratos en el transcurso de 2023. Los costos más bajos del combustible, que representan alrededor del 20-25%, moderaron los costos totales, pero muchos transportistas han cubierto los riesgos del precio del diésel en los contratos. También en Alemania comienza a fijarse el precio del CO2, lo que aumenta considerablemente las tarifas. En definitiva, mantener altos los márgenes será más difícil.

Tan pronto como se recupere la demanda, la capacidad estructural y la oferta disponible de conductores pueden volver a resultar escasas. Por lo tanto, algunos transportistas también pueden considerar asegurar la disponibilidad a largo plazo y valorar las relaciones sostenidas con las empresas de transporte, lo que puede ayudar a volver a contratar.

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