El Foro Internacional de Transporte (ITF), insta a las autoridades de competencia a limitar la libertad de las navieras para la gestión conjunta de la capacidad.
Un informe del Foro Internacional de Transporte (ITF), grupo de expertos independiente pero integrado administrativamente en la OCDE, concluye que la regulación ha fallado a los cargadores al permitir una situación en la que las líneas navieras pueden ‘fabricar’ legalmente la escasez de capacidad.
El informe de la ITF insta a las autoridades de competencia de todo el mundo, incluida la Comisión Marítima Federal de EE. UU. y la Dirección de Competencia de la Comisión Europea, a «limitar las posibilidades de gestión conjunta de la capacidad para introducir una competencia más real entre las navieras».
Durante gran parte de su historia, a la industria del transporte marítimo de línea regular, se le ha permitido fijar los precios en las conferencias marítimas. Tales conferencias proporcionaron una estabilidad de precios, pero restringieron la competencia. Con el fin de aumentar la competencia los Estados Unidos, la Unión Europea y otras jurisdicciones prohibieron las conferencias de transporte marítimo desde la década de 2000.
Los reguladores eliminaron los privilegios relacionados con la fijación de precios, pero fortalecieron los privilegios para la coordinación de la capacidad. Esto tuvo dos consecuencias. Primero, la competencia aumentó, principalmente en forma de competencia de precios que fue destructiva durante las décadas de 2000 y 2010. Como consecuencia, la estrategia comercial dominante pasó a ser el ahorro de costes a través de economías de escala (barcos más grandes), y la consolidación de la industria (aumentando la participación de mercado). En segundo lugar, se explotaron las posibilidades de coordinación de capacidades a través de la creación de grandes alianzas y una multitud de consorcios, en un grado – y de un carácter – no anticipado por los reguladores.
El resultado lógico de este proceso es un grupo selecto de compañías navieras altamente interconectadas que pueden mantener tarifas de flete altas a través de la coordinación, retirando y reposicionando sus capacidades de barcos a voluntad.
Cambiar la política de permitir la coordinación de precios a permitir la coordinación de capacidad parece haber deteriorado, en lugar de aumentar, la competencia en el transporte marítimo de línea regular. Las políticas actuales no han proporcionado estabilidad de precios, precios más bajos o más competencia.
Parece justificado, en consecuencia, reconsiderar éstas políticas para garantizar que se atiendan los intereses públicos, tales como tarifas de flete razonables y estables, una variedad suficientemente amplia de operadores, y mejor conectividad y fiabilidad. La evaluación del Reglamento de Exención por Categorías de Consorcios de la UE (Reglamento BER), realizada por la Comisión Europea en 2019, no llegó a una conclusión tan fundamental, en parte debido al escaso número de criterios utilizados en la evaluación.
Hay tres formas conceptuales en las que los acuerdos de competencia para el transporte marítimo de línea regular podrían reformarse para beneficio del interés público:
1) limitando las posibilidades de gestión conjunta de la capacidad;
2) mediante la introducción de una forma de regulación de precios o
3) una combinación de los dos.
La opción preferida sería limitar las posibilidades de gestión conjunta de la capacidad para introducir una competencia más real entre las navieras. Hay diferentes maneras de lograr esto. Por ejemplo, las autoridades de competencia y los reguladores podrían exigir su consentimiento previo para la retirada conjunta, por parte de las alianzas o consorcios, de capacidad de buques en las rutas comerciales pertinentes. Podrían restringir las posibilidades que existen para formar consorcios con navieras activas en diferentes alianzas. Alternativamente, se podría exigir la disolución de un consorcio si la cuota de mercado combinada de sus miembros alcanza un cierto umbral.