El precio de la gasolina bate su récord histórico en España y el diésel se queda a un paso

04/02/2022 EL PAÍS

Nunca fue tan caro repostar un coche de gasolina en España. El precio medio de este carburante encadena ya cinco semanas consecutivas al alza y roza los 1,54 euros por litro, según se desprende de la última actualización del Boletín Petrolero de la Unión Europea, publicada este jueves. Es el valor más alto desde que hay registros, ya por encima de los máximos de septiembre de 2012, y hace que llenar un depósito medio —de 55 litros— sea hoy 17,1 euros más caro (o un 25% más) que hace un año.

El diésel, por su parte, encadena seis semanas consecutivas al alza y cuesta ya 1,42 euros de media por litro, solo dos céntimos por debajo del máximo histórico marcado una década atrás. En este caso, repostar es hoy un 28% más caro que a estas alturas del año pasado. Para un depósito medio, de 55 litros, supone un coste adicional de 17,3 euros.

Tras la tregua del tramo final de 2021, cuando tanto la gasolina como el diésel encadenaron más de un mes de descensos, ambos vuelven a registrar incrementos sustanciales en estos primeros compases de 2022. En lo que va de año, la gasolina sube un 4% y el diésel un 5,6% a rebufo del petróleo, que cuenta las cuatro últimas semanas por subidas. Más allá del crudo, el precio de los carburantes depende de los impuestos, el transporte y los márgenes de refino, distribución y comercialización.

Más barato que en el resto de la eurozona

España es el país de la UE en el que más subió el precio de la gasolina en 2021, con una escalada de 26 céntimos por litro, según los datos del Geoportal del Ministerio para la Transición Ecológica agregados por la Asociación Española de Estaciones de Servicio Automáticas (Aesae). Sin embargo, el precio medio en España es sustancialmente más bajo que en la media de la zona euro: 1,74 euros en el caso de la gasolina y 1,61 en el caso del diésel. Con un coste similar de la materia prima, la explicación de esta brecha está en los impuestos, menores en el caso español.

La escalada de los carburantes discurre en paralelo a la del gas natural y a la de la electricidad, y el resultado de todas ellas es un aumento del coste de la vida. La energía fue el componente del IPC que más elevó la inflación el año pasado, restando poder adquisitivo y avivando la presión sobre el Banco Central Europeo (BCE) para que suba los tipos de interés y retire más rápido los estímulos. Por ahora, sin embargo, la presidenta del Eurobanco, Christine Lagarde, está aguantando el envite.

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