Ayer, su nueva máxima responsable, Raquel Sánchez Jiménez, tomó posesión del cargo con un orden de prioridades calcado al de su predecesor y ya ex ministro José Luis Ábalos.

En un acto en el que la logística brilló por su ausencia, tanto en lo que respecta a representantes sectoriales como en lo relativo a referencias a la misma, Raquel Sánchez centró todo su discurso en ensalzar las competencias en materia de Vivienda de su departamento y la contribución social que comporta el poder ejercer el derecho a una vivienda.

Tras subrayar su origen municipalista -hay que destacar que hasta la fecha Sánchez Jiménez era alcaldesa de la localidad barcelonesa de Gavà- la nueva ministra aseguró que en su gestión serán grandes valores el haber cultivado la proximidad y el conocimiento de lo cotidiano  a lo largo de su gestión como alcaldesa.

Verde y digital

A partir de aquí, la nueva ministra de Transportes apostó por una España “más verde, más digital y más cohesionada”, valorando el transporte como un instrumento que otorga “igualdad de oportunidades a ciudadanos y ciudadanas”.

Calificó al actual MITMA de “punta de lanza para la recuperación de la economía”, de la mano de los fondos Next Generation, al tiempo que ensalzó sus competencias en materia de vivienda.

“Estamos construyendo democracia con derechos como el de la vivienda: porque de todas las cosas que hay que construir, la más necesaria siempre y la más importante es la democracia, un edificio muy especial el de la democracia porque no crece con ladrillos sino con derechos; y porque no hay derechos y no hay dignidad sin vivienda ya que es el pilar central del bienestar, la frontera que separa la integración de la marginalidad”.

Un techo

“La vivienda es mucho más que un techo y cuatro paredes. Es el instrumento más poderoso del estado del bienestar y la fuente de la que manan muchos de nuestros derechos fundamentales”, dijo Sánchez, cuyo eje del discurso fue precisamente la gestión de las políticas de vivienda y de agenda urbana.

A este respecto, anunció su compromiso por “acabar con el secuestro de las ciudades por el vehículo privado” y declaró que “la primera batalla por la sostenibilidad tendrá lugar en las ciudades” con el fin de hacer frente a lo que calificó como la actual “emergencia climática”.

Para ello, Sánchez fijó como principal herramienta la “Estrategia de Movilidad”, con el fin de alumbrar “una movilidad que tiene que ser segura, sostenible y conectada que debe perseguir que abandonemos progresivamente los combustibles fósiles donde peatones y modos de transporte saludables y activos -como caminar o la bicicleta- recuperan el espacio hasta ahora conquistados por el automóvil; donde el transporte de mercancías y la logística se automatizan, convirtiéndose en más eficientes, e incorporando paulatinamente mejoras tecnológicas; y donde la eficiencia, el mantenimiento, la conservación y la seguridad de nuestra amplia red son determinantes, para lograr un sistema de transportes inclusivo, con accesibilidad universal y asequible para todos los ciudadanos, porque movilidad es inclusión y cohesión social y también territorial”, aseguró Sánchez.
Por cierto, al único sector o subsector,  de los innumerables que convergen en las competencias del Ministerio de Transportes, al que hizo referencia la nueva ministra fue el de la construcción.

Retos
Al respecto, Sánchez Jiménez aseguró que “tenemos, entre otros muchos de los retos, que ser capaces de impulsar también un sector clave de la economía como es el de la construcción, y creo que en la rehabilitación encontrará un horizonte de actividad sostenido en el tiempo, que es crucial para la generación de empleo. Pero lo tenemos que hacer bien y desde la óptica del medio ambiente y de la sostenibilidad”, concluyó.

Logística
Sobre los retos del sector de la logística y de las inversiones en materia de infraestructuras, así como sobre el papel decisivo de la logística durante la pandemia, y por ende para el buen funcionamiento de las ciudades, que tanto ensalzó, la ministra no hizo mención ninguna..