Ábalos: un adiós sin huella logística

13/07/2021 DIARIO DEL PUERTO

Que José Luis Ábalos ha dejado una enorme huella en la política española es indudable. Su tándem con Pedro Sánchez alumbró la primera moción de censura que fructificó en la reciente democracia española; alumbró el primer Gobierno de coalición; y alumbró otras muchas más primeras veces tan discutidas como de alto impacto en la política de nuestro país, en tres años de Gobierno donde, eso sí, además de secretario de Organización del PSOE y mano derecha del presidente del Gobierno, Ábalos también ha sido ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana.

El sábado se conoció su esperada salida del Ministerio de Transportes, así como su inesperada salida del Gobierno y su todavía más inesperada salida de la Secretaría de Organización del PSOE.

Esta última fue durante todo este tiempo su mayor y trascendental prioridad, centrando sus esfuerzos ministeriales sólo aquellos ámbitos que pudieran tener un rédito electoral directo, con cuestiones esenciales como la vivienda, la movilidad urbana, el tráfico de pasajeros o las políticas de género.

Sobre el núcleo esencial de su Ministerio, el transporte de mercancías y las infraestructuras para mercancías y, en definitiva, la logística, poco o nada hay que decir en lo que respecta a la gestión de Ábalos, con incursiones contadísimas en estos ámbitos, tanto de puertas para adentro como de cara a la opinión pública.

Lo poco o mucho realizado en este tiempo en los distintos ámbitos logísticos se debió al empeño y responsabilidad de su equipo, no a la mayor o menor voluntad política de un Ábalos que obvió una vez tras otras estas cuestiones.

Podemos decir que la huella logística de Ábalos tras tres años en el Ministerio ha sido prácticamente ninguna o mínima.

A este respecto, lo más relevante que deja para sucesivos gobiernos Ábalos como legado en esta materia es el cambio de denominación del ministerio y la supresión del histórico “Ministerio de Fomento” por el nuevo “Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana”.

Guiño que no lo era

Valoró muy positivamente en aquel momento el sector logístico  que por fin teníamos en España un Ministerio de Transportes como tal, un guiño que finalmente no lo era, tal y como ayer reconoció el propio José Luis Ábalos durante el acto de toma de posesión de la nueva ministra Raquel Sánchez.

“Con el cambio de nombre queríamos convertir al antiguo Ministerio de Fomento en el nuevo Ministerio de las ciudades”, reconoció ayer Ábalos, subrayando la coincidencia del destino que supone que las nueva ministra haya sido precisamente hasta ahora alcaldesa de una localidad como Gavà. Es decir, nada tenía que ver aquello con el transporte y la logística.

Dicho todo esto, más allá de la voluntad política del ya ex ministro, lo cierto es que durante su gestión la logística tampoco ha brillado especialmente ni se han logrado concretar de momento muchos de los grandes retos planteados.

En materia portuaria, sirvan dos datos más que relevantes que también ponen de manifiesto hasta dónde puede llegar un organismo adscrito como Puertos del Estado y hasta qué punto es necesario el último empujón por parte del Ministerio para concretar los proyectos. Así, por un lado, la liberalización de la estiba sigue sin encontrar solución en España y sin resolverse ni normativamente ni convencionalmente. Por otro lado, el Marco Estratégico sigue en dependencias ministeriales a la espera de que el máximo responsable ministerial firme la orden ministerial que lo consagre. Ábalos se va sin ser publicada dicha orden, en teoría un mero trámite, pero tras haberse estancado todo en el proceso de consulta al resto de ministerios.

En materia de transporte por carretera, la situación es mucho más que grave. Ábalos no mostró nunca sintonía con el sector y eso se ha traducido en unos Acuerdos de Julio20 que un año después son papel mojado tras constantes traiciones como los anuncios sobre las 44 toneladas en el Plan de Automoción o los peajes en el Plan de Resiliencia, dando como resultado que el sector sigue sin ver materializados ninguno de los compromisos alcanzados con Ábalos como ministro.

Ferrocarril

Sólo en materia ferroviaria Ábalos mostró cierta sensibilidad durante su mandato, con su acto más relevante sobre las autopistas ferroviarias hace apenas unas semanas y el lanzamiento de un plan Mercancías 30 del que formalmente el sector sólo conoce las intenciones pero no sus contenidos desarro

Sin emociones

José Luis Ábalos se despidió ayer de sus responsabilidades en el Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana fiel a su estilo pausado, sin estridencias y sin dejarse llevar por las emociones.
Apenas dejó traslucir cierta melancolía cuando hizo referencia a que había pasado la mañana recogiendo papeles, lo que le había llevado a reparar en el “ritmo frenético” seguido en los últimos años y que, sobre todo, le había hecho darse cuenta de todo lo ejecutado.
“No tenía claro hasta ahora el impacto de todo lo que hemos hecho”, dijo Ábalos, quien aseguró que se encontró hace tres años con un ministerio “infradotado”, donde las “reivindicaciones estallaban por todos los lados” y donde había “problemas estructurales”.
A juicio del ex ministro, todo eso se ha solucionado y le queda a su sucesora un Ministerio con todo “desbloqueado”, mostrándose orgulloso de haber “formado parte del Gobierno de España”.
Ábalos lamentó haber sido “la cabeza a la que todos golpean” y deseo toda la suerte a Raquel Sánchez, con lo que se mostró algo inseguro y mantuvo las distancias, no haciendo gala de excesiva complicidad.

A Ábalos le ha faltado no sólo sintonía con el sector, sino también interés por el sector

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