06/05/2019 AEUTRANSMER

En esta ocasión en nuestro “hablamos con…” hemos tenido la inmensa fortuna de poder entrevistar a los responsables de tres departamentos clave de Schmitz Cargobull, la mayor empresa fabricante de semiremolques de España. Hemos preguntado a Javier del Mazo, director de desarrollo de negocio, qué es lo que fabrican, a Silvia García, directora de operaciones, cómo lo fabrican y, en su vertiente de grandes cargadores hemos preguntado a Mª. Jesús Ruber, directora de logística, cómo realizan el aprovisionamiento de las materias primas y el transporte del producto terminado.

Nos cuenta Javier que Schmitz Cargobull es una empresa familiar con más de 120 años de tradición caracterizada por el éxito de sus innovaciones, siendo el líder global en la fabricación de semirremolques. La empresa cuenta con varias plantas repartidas por Europa: Alemania, Lituania, Rusia y la planta de España en Zaragoza en la que nos encontramos.

El grupo produce anualmente 60.000 vehículos, con una estrategia de crecimiento que pasa por cerrar el ciclo del vida del producto de tal manera que la empresa oferta no solo el semirremolque, sino todos los servicios auxiliares, tales como la financiación, el mantenimiento y reparación, la tecnología asociada y la gestión de vehículos usados.

En la fábrica de Zaragoza, que cuenta con 250 trabajadores, se ensamblan los frigos y las lonas. En el caso de los frigos, producto estrella de la empresa, tanto los equipos de frío como los paneles y módulos utilizados para su montaje, proceden de tecnología propia, fruto de la labor que se realiza en el centro de investigación de Alemania.

En cuanto a la fabricación de vehículos con lona, hay una cosa que nos llama la atención porque quizá no todos los cargadores conocen, y es la existencia de lonas con un mecanismo antirrobo consistente en cables de acero integrados para evitar el corte intencionado.

Por su parte, Silvia nos habla de los diecisiete semirremolques que fabrican diariamente en una producción perfectamente coordinada que evita pérdidas de tiempo, de materiales y de energía. Aunque para conseguir esta cifra deben trabajar sobre producto estándar, tanto frigo como lona, la realidad es que los pedidos son de todo menos estándar. Cada cliente tiene unas características determinadas y encarga el semirremolque con unos requisitos específicos, con el objetivo de que sea lo más versátil posible.

En esta fábrica que la empresa tiene a 25 kilómetros de Zaragoza se realiza el montaje de los semirremolques a partir de las piezas que reciben de su matriz en Alemania (plataforma, ejes, ruedas, etc…). En broma se denominan a sí mismos “el Ikea del semirremolque”.

El 95 % de los materiales necesarios para el montaje viene de Alemania, donde se centralizan las compras a grandes proveedores, aunque también hay una serie de piezas principales que son fabricadas por el grupo, como los largueros y los ejes. Los suelos les llegan desde Finlandia mientras que las ruedas las reciben premontadas desde Alemania, y trabajan con un partner local que las almacena y se las sirve montadas.

Todo el transporte de materias primas se realiza por carretera y, como no podía ser de otra manera, en semirremolques.

La fábrica de Zaragoza se aprovisiona por dos canales, uno de ellos a través de un centro de consolidación en Alemania donde los proveedores entregan a un cross docking, y el otro mediante una central de compras del propio grupo Schmitz Cargobull (CLS).

En la actualidad se está desarrollando un proyecto de compras locales que ahorraría costes de transporte y de doble gestión pero entraña la dificultad de encontrar proveedores con materiales que cumplan los elevados estándares de calidad que la empresa exige, como por ejemplo el tipo de galvanizado.

El hecho de tener unas materias primas de muy diferente peso, volumen y embalaje implica la dificultad de optimizar el llenado de los camiones, algo de lo que se encarga su proveedor de transporte.

El transporte en España se contrata desde Zaragoza, excepto el cross docking que es operado por el grupo mediante un contrato global. Trabajan con varios transportistas cada uno de los cuales tiene asignada una ruta.

En cuanto al envío del semirremolque terminado, la peculiaridad de este producto hace que, para su transporte, sea suficiente enganchar una cabeza tractora. No obstante, los costes de fabricación y envío del producto hacen que, de momento, el límite para su comercialización sea el mercado ibérico (donde lo más habitual es que el propio cliente lo recoja en el centro de producción), Sur de Francia, Italia y Norte de África.

Muchas gracias a Javier, Silvia y Mª. Jesús por el tiempo que nos han dedicado y les dejamos para que ¡¡sigan haciendo mejor lo que ya es bueno!!