09/07/2018 DIARIO DEL PUERTO

Esta es una de las grandes incógnitas a las que se enfrenta el Organismo Público Puertos del Estado en los próximos meses, fruto de la apuesta firme y decidida del Partido Nacionalista Vasco por exigir al gobierno de Pedro Sánchez la cesión de la gestión del puerto de Pasaia, dentro de los compromisos planteados para que los diputados nacionalistas le otorgaran sus votos en la moción de censura contra Mariano Rajoy, al fin y a la postre claves para la llegada de Sánchez a La Moncloa.

Con la cesión sobre la mesa de otras grandes competencias como la Seguridad Social, mucho más complejas de materializar, la transferencia de Pasaia se antoja cada vez más posible dada la debilidad del Gobierno de Sánchez, sin olvidar la fortísima presión que ya ejerció al respecto este mismo año el propio PNV sobre el gobierno de Rajoy cuando hubo que negociar los Presupuestos.

El PNV defiende la cesión de Pasaia incluso sin necesidad de eliminar su carácter de interés general. En cualquier caso, es obvio que sería insostenible en la actual España de las autonomías que el País Vasco obtuviera la cesión de Pasaia y el resto de comunidades se mantuviera impasible sin exigir y conseguir lo
mismo en el caso de los puertos de su región.

Por tanto, la cesión de Pasaia podría suponer que automáticamente hubiera que ceder otros enclaves a otras comunidades autónomas, con un efecto dominó de imprevisibles consecuencias en el conjunto de las autoridades portuarias, tanto las de menor dimensión como incluso las más relevantes.

La ruptura del sistema pondría en cuestión el modelo de financiación de los puertos, la solidaridad interportuaria y otros principios del sistema que deberán ser tenidos en cuenta por la nueva presidenta de Puertos del Estado antes de dar su parecer ante una decisión que, de todas formas, todo apunta a que tendrá un alto componente político y se escapará de su ámbito directo, no así encajar sus consecuencias.