26/06/2017 LOGÍSTICA Y TRANSPORTE
El nuevo presidente francés, Emmanuel Macron, llegó con propuestas y un discurso europeísta a Bruselas. Sin embargo, frente a los que quieren vaciar la Unión Europea de contenido político y social, Macron reivindica defender sus valores: la libertad, el respeto a la justicia y la democracia. Un discurso con el que se adentra en un terreno pantanoso, en donde no ha tardado en toparse con los gobiernos de Polonia y Hungría, según informa el confidencial.com.
“Sería bueno hablar sobre la base de hechos, no recurrir a estereotipos” dijo la primera ministra polaca, Beata Szydlo quien mostró su enfado por las palabras pronunciadas por Macron en una entrevista con varios medios internacionales en la que afirma que «Europa no es un supermercado” y que la Unión se “debilita cuando permite que se rechacen sus principios”. Un discurso que Polonia interpreta como una muestra de “hostilidad” hacia el este.
Desde Budapest también se criticó a Macron. “Su debut no es muy prometedor”, aseguró el primer ministro húngaro, Viktor Orban. El político conservador se atrevió a vincular la “juventud” del presidente francés con su inexperiencia en Bruselas.
Las palabras de Orban y Szydlo contrastan con la calurosa bienvenida que Macron recibió de parte de la mayoría de sus colegas. El nuevo presidente, que se impuso a la eurófoba Marine Le Pen, fue presentado como la “esperanza blanca” de una Unión Europea dispuesta a despegar, tras una década saltando de crisis en crisis.
Aún más significativas son las palabras de bienvenida de Angela Merkel, quien mostró su interés en “cooperar con Francia”. Ambos líderes pretenden revivir el eje franco-alemán, ese sobre el que se ha apoyado buena parte del progreso de la Unión Europea.
Macron ha aclarado que París y Berlín se coordinarán antes de los encuentros a Veintiocho (o Veintisiete, sin Reino Unido) y “hablarán con una sola voz”.
En su primera cumbre europea, Macron defendió que Europa “no es una idea, sino un proyecto”. Hizo especial hincapié en poner en marcha “una Europa que proteja” a sus ciudadanos, con avances concretos en materia de lucha contra el terrorismo, migración y defensa. Para ello, mostró su conformidad con la próxima modificación de las normas que regulan el espacio Schengen para controlar mejor las entradas y salidas.
Ya desde la campaña, el presidente francés ha hecho del libre comercio uno de sus campos de batalla. Con un importante matiz: Macron defiende que Europa adopte una “protección justa” ante las prácticas comerciales desleales, como el dumping. «Soy favorable al libre comercio (…) pero no a la ingenuidad. Europa era la única que no se defendía de prácticas de dumping comerciales», aseguró Macron, quien se mostró a favor de poner en marcha “mecanismos de control cuando las inversiones (extranjeras) se hacen en sectores que son estratégicos”.