25/10/2016 EL VIGÍA
La comisaria europea de Transportes, Violeta Bulc, ha anunciado que sacará adelante la adaptación al sector del transporte de la directiva sobre Desplazamiento de Trabajadores, antes del próximo mes de julio. Previamente, también publicará una proposición sobre la nueva directiva para la tarificación de las infraestructuras en la Unión Europea. Así lo confirmaron el director general de Astic, Ramón Valdivia, y el asesor jurídico de la asociación, José Manuel Pardo, durante un seminario, organizado por Aeutransmer, sobre la directiva de Desplazamiento de Trabajadores.
La medida surge tras los diferentes expedientes de infracción iniciados contra Alemania, Francia y Reino Unido por el salario mínimo en los dos primeros casos, por la prohibición del descanso en cabina en Francia y por el impuesto que grava a la circulación de vehículos pesados extranjeros en Reino Unido. A todo ello, se suma que Italia también prepara medidas de este tipo. En concreto, ya las tiene aprobadas pero todavía no ha definido cómo aplicarlas.
Para frenar la proliferación de normativas proteccionistas unilaterales por parte de cada país, la Unión Europea trata, en estos momentos, de aclarar la directiva sobre Desplazamiento de Trabajadores, incluso dispone de un informe al respecto que todavía no ha publicado. En relación al cabotaje, la Unión Europea ha mejorado la definición de cabotaje, aclarando que el de mayor intensidad es aquel que supone más de diez operaciones de transporte internacional con destino a otro país. En cualquier caso, esto no ha sido suficiente para frenar la proliferación de políticas proteccionistas en relación al transporte amparadas en la directiva sobre Desplazamiento de Trabajadores.
Desde Astic se reconoce que, como España es un país competitivo en el transporte internacional y en el cabotaje, no tiene sentido que demande restricciones al respecto. En paralelo, también es un país que sufre deslocalizaciones en condiciones ventajosas a los nuevos Estados miembros. Por ello, puede apoyar una regulación más estricta en el transporte entre terceros, según detalló Astic. Así, la asociación propone que las medidas discriminen entre distintos tipos de transporte: el que es complementario al internacional (triangulaciones), el transporte entre terceros Estados y el que opera de forma bilateral y que es producto, generalmente de una deslocalización.
En este contexto, José Manuel Pardo explicó que las posibles acciones a defender ante la Unión Europea en esta materia por España podrían pasar por pedir un mayor control sobre las condiciones de establecimiento, para frenar la proliferación de empresas buzón. También flexibilizar la normativa de tiempos de conducción y descanso para facilitar la vuelta a casa, para el transporte bilateral (elevar de seis a nueve los días entre descansos semanales). Otra alternativa sería establecer que uno de cada dos descansos semanales normales (uno cada cuatro semanas) deba realizarse en el lugar de establecimiento de la empresa.
José Manuel Pardo explicó que otra opción sería establecer que, si la mayoría del tiempo del conductor o la mayoría de los transportistas, se realiza en un país o con origen o destino en un país que no es el de establecimiento de la empresa, la legislación de ese país debiera aplicarse al contrato de trabajo. Finalmente, otra solución sería crear un estatus específico para los que operan en ámbito europeo. De este modo, los conductores que operan en el ámbito europeo sin retorno a ningún país concreto pacten un estatus específico. Por ejemplo, que tras seis semanas de circulación por Europa tengan derecho a dos de vacaciones pagadas u otras condiciones especiales.