20/11/2025 MUNDO MARÍTIMO
La política arancelaria del gobierno de Donald Trump está impactando de manera creciente los flujos internacionales de carga. Según Los Angeles Times, las importaciones estadounidenses cayeron 0,1% en octubre frente a septiembre, siendo “un claro signo de cautela por parte de los importadores”. El volumen mensual quedó 7,5% por debajo del nivel de un año antes, mientras la Federación Nacional de Retail (NRF) y la consultora del sector marítimo y logístico, Hackett Associates, proyectan disminuciones interanuales de 14,4% en noviembre y 17,9% en diciembre.
A ello se suma el análisis de Vizion que alerta que, por primera vez desde marzo de 2023, las importaciones en Estados Unidos bajaron de los 2 millones de TEUs, lo que constituye una “recesión de bienes” y un “cambio estructural más inestabilidad temporal”.
Drewry, basándose en datos de Container Trade Statistics (CTS), comenta que el comercio global muestra resiliencia, pero con un rezago claro en Norteamérica. Simon Heaney, analista de la consultora, observa que la región se ubica “en el último lugar del ranking regional de crecimiento”, con importaciones a la baja 7,4% interanual y exportaciones retrocediendo 1% en la cifra acumulada a septiembre.
Impacto en puertos y cadenas logísticas
El efecto se transmite directamente a los puertos estadounidenses. De acuerdo con Los Angeles Times, el Puerto de Long Beach prevé cerrar 2025 cerca de su récord histórico, pero reconoce la presión de la desaceleración. Su CEO, Mario Cordero, afirmó que mucho dependerá de la economía y de cómo “los aranceles se filtren hacia los precios al consumidor”, así como de la evolución de la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El mismo medio reporta que categorías clave, como la soja, sufrieron caídas drásticas: las exportaciones desde Long Beach se hundieron 93% en los primeros nueve meses del año debido a la negativa china a comprar en respuesta a los aranceles estadounidenses.
El panorama naviero también es cauteloso. En entrevista con Bloomberg Television, el CEO de Maersk, Vincent Clerc, reconoció dudas para determinar si la débil demanda en Norteamérica obedece a una corrección de inventarios o a un enfriamiento estructural, aunque aprecia señales de “demanda resiliente” en los próximos seis meses. Sin embargo, advirtió que uno de los principales riesgos es que “la incertidumbre que existe” mientras las pausas arancelarias entre Estados Unidos y China siguen siendo temporales.
Presión sobre precios y crecimiento económico
Bloomberg destaca que los aranceles han encarecido los bienes importados “más de 6% por encima de donde habrían estado sin la aplicación de gravámenes”, según mediciones del Pricing Lab de Harvard. Los bienes domésticos también aumentaron 3,5%, con alzas aún mayores en categorías específicas como alfombras importadas (casi 50%), lácteos (9,7%) y electrodomésticos (5,9%).
Pese a ello, Bloomberg recuerda que Trump ha moderado el impacto a través de exenciones crecientes, incluyendo alimentos como bananas, carne y café, en respuesta a preocupaciones por el costo de vida. Pero la base jurídica de su política está en cuestión. De acuerdo, con Los Angeles Times la Corte Suprema ha mostrado escepticismo sobre la constitucionalidad de la amplia aplicación de aranceles por parte del Presidente.
Por otro lado, un estudio de la Reserva Federal de San Francisco citado por Bloomberg indica que los shocks arancelarios históricos “deprimen la actividad económica” y generan “mayor desempleo y menor inflación” debido al aumento de la incertidumbre y a la caída de los precios de los activos.
Perspectivas
Según Los Angeles Times, NRF y Hackett Associates prevén que 2025 cierre con 24,9 millones de TEUs, 2,3% menos que en 2024, mientras el primer trimestre de 2026 se comparará con parámetros débiles por el adelantamiento de importaciones para evitar aranceles ocurrido este año. “Las condiciones hacen que el pronóstico de mercado sea altamente incierto”, advirtió Ben Hackett.
Drewry por su parte observa un comercio mundial aún resiliente, pero la combinación de tensiones geopolíticas, inestabilidad regulatoria y aranceles seguirá definiendo el pulso del transporte marítimo hacia 2026.


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