25/09/2025 GRUPO C DE COMUNICACIÓN
El portacontenedores Istanbul Bridge ha partido de Ningbo-Zhoushan rumbo a Felixstowe con más de 1.000 TEUs, inaugurando un corredor que promete mayor rapidez, menos emisiones y más resiliencia para las cadenas de suministro.
A las 4:30 de la madrugada del 23 de septiembre zarpó del puerto chino de Beilun, en Ningbo-Zhoushan, el buque Istanbul Bridge con destino a Felixstowe (Reino Unido). Su salida marca el estreno oficial de la “China–Europe Arctic Express”, la primera ruta comercial de contenedores a través del Ártico. El nuevo corredor recorta en 18 días el trayecto frente al canal de Suez, situando la travesía en apenas dos semanas y media.
El buque transporta un millar de TEUs con productos como baterías, equipos de almacenamiento energético y más de 4.000 paquetes de comercio electrónico, orientados a la campaña prenavideña europea. Además de la disminución en los tiempos de tránsito, según la compañía, la ruta reduce hasta en un 30% las emisiones de carbono respecto a las alternativas tradicionales.
La apertura de esta vía llega en un momento delicado para el comercio mundial, con el canal de Panamá, el mar Rojo y el propio canal de Suez bajo gran presión. A ello se suman los problemas ferroviarios en el eje China–Europa, como el reciente cierre de la frontera polaca con Bielorrusia que dejó más de 130 trenes varados en Brest. En este contexto, el Ártico se perfila como una alternativa estratégica que diversifica rutas y refuerza la seguridad logística.
Nace la Ruta de la Seda Polar
La conocida como “Ruta de la Seda Polar” comenzó a gestarse en 2017, cuando el presidente Xi Jinping planteó la idea en Moscú. Un año más tarde, Pekín publicó su Libro Blanco sobre la Política Ártica, en el que apostaba por la cooperación internacional, el respeto a los países ribereños y el uso pacífico de estas aguas.
Además de conectar los puertos chinos de Ningbo, Shanghái y Qingdao con nodos europeos como Hamburgo, Rotterdam y Felixstowe, la nueva ruta ártica también concentra carga procedente de Corea del Sur y del sudeste asiático. Con ello, no solo multiplica la conectividad entre Asia y Europa, sino que abre la puerta a un nuevo modelo de desarrollo en el Ártico basado en la colaboración, alejándose de la lógica de disputas y tensiones que históricamente han marcado la región.
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