Artículo de Nuria Lacaci: Claves estratégicas desde la geopolítica, la economía y la logística

18/06/2025 EL CANAL MARÍTIMO Y LOGÍSTICO

¿Cómo está afectando la geopolítica actual a las decisiones estratégicas en localización y desarrollo logístico? ¿Qué rol juega el sector inmologístico en la reconfiguración de las cadenas de suministro globales? ¿Cuáles son las claves para mantener la competitividad del mercado logístico español frente a nuevos escenarios regulatorios y arancelarios? Estos interesantes temas serán tratados en uno de los paneles del SIL, donde intervendrá Nuria Lacaci, secretaria general de la Asociación de Cargadores de España (ACE).

En la intersección entre la geopolítica, la economía global y la transformación tecnológica, el sector inmologístico emerge como un actor clave en la reconfiguración de las cadenas de suministro. Las tensiones internacionales, las lecciones de la pandemia, el auge del comercio electrónico y las crecientes exigencias en sostenibilidad han impulsado una verdadera metamorfosis logística. En este nuevo escenario, las instalaciones industriales y logísticas ya no son meros espacios físicos, sino infraestructuras estratégicas que sostienen el tejido económico mundial.

Las estrategias de nearshoring han ganado protagonismo como respuesta a las disrupciones globales y a la necesidad de acortar las cadenas de suministro. Para reducir el riesgo y la falta de visibilidad asociada a cadenas de suministro muy largas, los fabricantes han acercado a los mercados de consumo parte de la producción que tradicionalmente se realizaba en China y el Sudeste asiático. Esta relocalización industrial, centrada sobre todo en Turquía y Marruecos, ha incrementado notablemente la demanda por instalaciones logísticas en regiones que antes eran consideradas periféricas.

En este nuevo panorama, el sector inmologístico proporciona la infraestructura crítica para sostener esta transformación. Los desarrolladores están ayudando en este proceso, impulsando la creación de parques industriales cerca de grandes hubs, en fronteras, puertos y principales centros de consumo, posicionando estratégicamente sus activos para dar respuesta a esta nueva necesidad.

Unido también a las disrupciones en el transporte marítimo y a las cambiantes medidas arancelarias de Trump, ha surgido la necesidad de contar con mayor superficie logística que asegure la posibilidad de gestionar stocks más elevados.

Por otra parte, el crecimiento exponencial del comercio electrónico está transformando los requerimientos logísticos. Ya no se trata solo de grandes centros de distribución, sino de una red diversificada de infraestructuras como centros de fulfillment, cross-docking y almacenes urbanos y periurbanos que permitan entregas rápidas y eficientes.

Para responder a esta demanda, el sector inmologístico ha evolucionado hacia el diseño de espacios altamente especializados. Estos nuevos centros priorizan la automatización, la proximidad a los centros urbanos y una conectividad digital robusta, elementos indispensables para el éxito del e-commerce.

La capacidad de adaptación ha sido clave: espacios modulares, con zonas específicas para picking robotizado, áreas de carga rápida y sistemas de gestión inteligente son ya parte del estándar en muchos desarrollos actuales.

Por otra parte, también las crisis recientes —desde la pandemia del Covid-19, pasando por la crisis del Mar Rojo, hasta los cuellos de botella en puertos clave— han evidenciado una vulnerabilidad estructural en las cadenas de suministro globales. En respuesta a ello, las empresas están priorizando la resiliencia operativa.

La relocalización industrial, centrada sobre todo en Turquía y Marruecos, ha incrementado notablemente la demanda por instalaciones logísticas en regiones que antes eran consideradas periféricas

Esto se traduce en una creciente demanda por espacios logísticos que sean modulares, escalables y ubicados estratégicamente para ofrecer rutas de distribución alternativas. Los desarrolladores inmologísticos están respondiendo con parques multiusuario que permiten a distintas compañías compartir infraestructura, así como con contratos más flexibles que facilitan adaptaciones rápidas ante cambios inesperados en la demanda.

En este nuevo entorno, la flexibilidad ya no es un lujo, sino una necesidad operativa.

Además, la presión para reducir la huella ambiental de las operaciones logísticas es creciente. Los compromisos ESG (ambientales, sociales y de gobernanza) han pasado a ser centrales en las decisiones estratégicas de muchos grandes cargadores, que han establecido ambiciosos objetivos de descarbonización. Para ello calculamos y reducimos, no solo la huella de carbono de nuestra actividad principal, sino también de las operaciones ligadas a la cadena de suministro, lo que se conoce como Alcance 3.

Las naves logísticas son un elemento de esta cadena que nos ayuda a reducir el consumo energético y ahorrar emisiones de CO2. En este contexto, los desarrollos logísticos verdes están ganando tracción.

Edificios con certificación LEED o BREEAM, cubiertas solares, iluminación LED y diseños de energía neta cero, son cada vez más comunes. El sector inmologístico, al proveer estas soluciones, se convierte en un aliado clave para los cargadores que buscan cumplir con sus metas de sostenibilidad.

Y como no podía ser de otra manera, también la tecnología y la digitalización se han convertido en requisitos imprescindibles. La cuarta revolución industrial ha llegado también al sector inmologístico. Hoy en día, los centros logísticos deben incorporar tecnologías como el Internet de las Cosas (IoT), sensores inteligentes, digital twins y sistemas de automatización avanzada.

Las crisis recientes —desde la pandemia del Covid-19, pasando por la crisis del Mar Rojo, hasta los cuellos de botella en puertos clave— han evidenciado una vulnerabilidad estructural en las cadenas de suministro globales. En respuesta a ello, las empresas están priorizando la resiliencia operativa.

Estas herramientas no solo mejoran la eficiencia operativa, sino que ofrecen a las empresas una visibilidad sin precedentes sobre sus operaciones. Se puede monitorear en tiempo real el movimiento de mercancías, anticipar fallos, y optimizar procesos con base en el análisis predictivo.

El concepto de “espacio inteligente” ya es una realidad en múltiples desarrollos logísticos, y se espera que esta tendencia continúe profundizándose en los próximos años.

Conclusión

El sector inmologístico ha dejado de ser un actor secundario para convertirse en un protagonista fundamental de la transformación económica global. En un mundo caracterizado por la incertidumbre, la hiperconectividad y la presión por la sostenibilidad, la logística es el pegamento que mantiene unida la estructura productiva.

La capacidad de este sector para adaptarse al nearshoring, facilitar el comercio electrónico, mejorar la resiliencia, impulsar la sostenibilidad, incorporar tecnología y redefinir territorios lo posiciona como un eje estratégico para el desarrollo del siglo XXI.

Más allá de las naves y los metros cuadrados, lo que se construye es una nueva arquitectura para el comercio y la industria global. En ella, cada almacén, cada parque logístico, y cada nodo de distribución se convierte en una pieza clave de un rompecabezas mucho más grande: el de una economía mundial más ágil, resiliente, verde e inteligente.

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