19/10/2020 REVISTA PUERTOS Y NAVIERAS
Antolín Goya y Coordinadora se enfrentan a su gran crisis, las bases están empezando a sentir el temor de la presión sobre su modelo. Están inquietas, y no se quieren cocer a fuego lento con conflictos diseminados, en una guerra puerto a puerto. Si Coordinadora no lo soluciona a nivel global, su utilidad disminuye.
La huelga de Bilbao y los posibles bajos rendimientos entre medias, y ante el nuevo preaviso de huelga del 26 de octubre con casi huelga total. La más larga en 20 años del puerto de Bilbao, las empresas han empezado a desviar tráficos a otros puertos. Gijón por su proximidad y su terminal de contenedores es el que está recibiendo más tráfico. Incluso se producen colas a la entrada de El Musel por esta circunstancia.
Los sindicatos de estibadores se dan esta semana de tregua negociadora ante el preaviso duro del 26, con dos semanas de huelga. Pero la exigencia de dar estabilidad al CPE, y de que el trabajo del puerto se haga con personal del CPE, según Antolín, significa para las empresas un retroceso en la flexibilidad, con la incorporación de los eventuales al mismo, algo que no contemplan.
Así las cosas si no hay un avance en la negociación de dejar el CPE como está e incorporar eventuales, Coordinadora, espera aplicar un boicot oficial en otros puertos a las mercancías con origen o destino a las empresas de Bilbao. Sería el segundo escalón de la «escenificación» de la «solidaridad» y apoyo, como se anunció la presencia de los delegados de zona y el líder Goya en Bilbao, el 16 y 16.
Pero para ello tendrían que realizarse preavisos de huelga al menos para dar cobertura a esos boicots algo que complica el calendario y la legalidad. Ahora cualquier paso se observa bajo la amenaza de la CNMC, y de las posibles multas personales a los infractores, al remoto pero que se teme.
Si no se llega a un acuerdo en Bilboestiba, el liderazgo de Coordinadora y el mismo Antolin corren peligro de un deterioro considerable. En Valencia cada vez más cuestionados por ejemplo.
Atascos en Gijón.
Este problema, se ha agravado en los últimos días con las llegadas de estos camiones que tenían como destino el puerto vasco.
Los problemas de espera se están alargando en los últimos meses en el Puerto de El Musel. Tal y como informan fuentes portuarias, coincidiendo con la puesta en marcha de la nueva línea regular con Reino Unido e Irlanda, situación que se ha agravado esta semana a causa de la huelga de estibadores de Bilbao que sigue en marcha, tal y como informa El Comercio.
En El Musel están desbordados, ya que tienen que atender tanto la carga ferroviaria como la que llega por carretera, generando el tan característico efecto embudo en los accesos a esta terminal. Además, hay que tener en cuenta que el lunes fue festivo, lo que aumentó la carga de trabajo durante los siguientes días.
«Todo lo que a las ocho de la tarde del viernes no hubiera entrado quedaría fuera del barco», explicó ayer un operador afectado por estos retrasos, que pedía «más personal» para realizar las operaciones en tiempo y forma. El puerto abrió, de forma excepcional, una segunda puerta, pero al no contar con báscula, solo podían pasar aquellos que tuviesen un certificado de pesaje.

