Autopistas del mar: el círculo mágico

26/10/2017 DIARIO DEL PUERTO

El short sea shipping en general, y las autopistas del mar en particular, tienen un papel primordial en la configuración de la red transmediterránea de transporte. La vía marítima es la base sobre la que se sustentan las conexiones de la región euromediterránea y los puertos, las piezas clave de las cadenas logísticas intermodales. En este escenario, las autopistas del mar (MOS por sus siglas en inglés) son herramientas para la unión de la Red Transeuropea de Transporte (TEN-T) y la Red Transmediterránea de Transporte, de ahí la importancia que tiene impulsar el desarrollo de servicios de este tipo, un trabajo en el que los puertos de la fachada mediterránea española llevan tiempo implicados y que ha dado como fruto que España cuente con una notable conectividad marítima con sus vecinos del sur.

La importancia que tiene el transporte marítimo en las conexiones entre el sur de Europa y el norte de África queda reflejado en una cifra aportada por la Unión por el Mediterráneo (UpM): el tráfico comercial marítimo intramediterráneo representa casi el 25% del volumen de tráfico mundial. Aunque es cierto que buena parte de este tráfico se concentra en los puertos del sur de Europa, concretamente el 90%, según la UpM. El volumen del tráfico marítimo de mercancías entre los puertos del norte y los del sur y este del Mediterráneo tan solo supone un 7% de estos intercambios. Cierto es que se trata de un porcentaje pequeño pero, precisamente por ello, existe un amplio margen de crecimiento.

En la Unión por el Mediterráneo lo tienen claro: “La región presenta un gran potencial para lograr un mayor grado de integración del comercio marítimo entre las dos orillas, un elemento fundamental para crear las condiciones que permitan mejorar el empleo, la prosperidad y la estabilidad en tierra firme”, asegura este organismo.

Precisamente, para incentivar este crecimiento de los intercambios comerciales por vía marítima entre las riberas norte y sur del Mare Nostrum, la UpM respalda tres importantes proyectos que suponen una inversión total de 520 millones de euros. Se trata de Logismed Training Activities (Logismed-TA), que tiene por objeto mejorar el nivel de cualificación de los operadores y gestores de las plataformas logísticas y reforzar el transporte y la logística en el Mediterráneo; Optimed, que persigue optimizar y fortalecer las conexiones comerciales entre los puertos del área mediterránea mediante la mejora de las conexiones comerciales de operadores públicos y privados del sector del transporte marítimo y logístico de los países del noroeste Mediterráneo (España, Francia e Italia) y las costas del sureste del Mediterráneo (Líbano, Egipto y Chipre); y Autopistas del Mar (MOS), que tiene como objetivo desarrollar un servicio intermodal de transporte de mercancías que una Turquía (Mersin e Izmir) con el área del Magreb a través de Túnez (Túnez y Rades), escalando en los puertos italianos de Bari, Brindisi y Taranto. En el caso de Logismed-TA, el proyecto cuenta con un presupuesto de 6,6 millones de euros y consta de una primera fase centrada en Túnez, Egipto y Marruecos y de una segunda fase dirigida al resto de los países del sur del Mediterráneo hasta su finalización, en 2018.

Optimed, por su parte, dispone de un presupuesto total de 37,35 millones de euros y se espera que brinde nuevas oportunidades para los operadores e instituciones económicas derivadas de la optimización de la red de comercio marítimo.

En cuanto a MOS, con un presupuesto de 478 millones de euros, “los beneficios estimados del proyecto ascienden a 602 millones de euros durante una vida útil operativa de 20 años para los principales beneficiarios (Turquía, Italia y Túnez)”, señalan desde la UpM.

Además, en el marco de la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible de la ONU, la UpM “está intensificando acuerdos con iniciativas y organizaciones a nivel global, regional y subregional para desarrollar una estrategia integral para la conectividad de la logística y el transporte marítimo y terrestre del Mediterráneo. La UpM busca conectar sus redes con los instrumentos de financiación e impulsar la participación del sector privado”.

Respecto a la importancia del transporte marítimo y, más en concreto, de las autopistas del mar, Eduard Rodés, director de la Escola Europea de Short Sea Shipping, recuerda en un artículo que “la integración de las autopistas del mar en la red transeuropea de transporte (RTE-T) está provocando una modificación de la topología de la red en su sentido y, en consecuencia, en sus operaciones. La iniciativa MoS, presentada en el Libro Blanco de 2001, tiene en su centro la intermodalidad. Su objetivo es fomentar las opciones intermodales integradas, basadas en el transporte marítimo de corta distancia, que ofrezcan alternativas frecuentes y de alta calidad al transporte por carretera”. La idea es “desarrollar una red de MoS entre diferentes regiones europeas, cada una vinculada a líneas de ferrocarril y vías navegables interiores”.

Rodés asegura que “las rutas regulares de ferry de gran capacidad entre los principales puertos de la Unión Europea tienen el potencial de mejorar la eficiencia y fiabilidad del transporte de mercancías, ofreciendo alternativas viables para las rutas congestionadas. En particular, las MoS ayudan a evitar los cuellos de botella creados por características geográficas tales como las cordilleras”. Y precisa que estas autopistas del mar “se desarrollan principalmente en aquellas áreas geográficas donde la opción marítima, en forma de arco, permite acortar distancias, costos y tiempos de operación”.

Anillo europeo
Como ejemplo de ruta eficiente, Eduard Rodés apunta el servicio que ofrece Grimaldi Lines entre Barcelona y Civitavecchia, que se extiende por tierra hasta enlazar con otra ruta en el mar Adriático entre Brindisi, Igoumenitza y Patras. “La idea de un corredor transversal toma forma como un preludio a servicios de transporte más eficientes. Esta línea de operaciones sería mucho más efectiva si tuviéramos servicios ferroviarios conectando los puertos. Este corredor transversal cerraría la conexión del Corredor Mediterráneo casi en forma de anillo. Si aplicamos la teoría de la red, un anillo que pasa por Europa por el centro y por el sur sería un elemento esencialmente estratégico. En su recorrido se cruza, y en algunos puntos se superpone, con todos los corredores, excepto el Mar del Norte-Báltico. El anillo mediterráneo ayudaría a desarrollar la red RTE-T”, asegura, convencido, el director de la Escola Europea de Short Sea Shipping.