13/06/2025 EL MERCANTIL
El comercio exterior español está sumido en una prudencia y una incertidumbre casi diarias desde que el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció su intención de tasar cualquier producto de cualquier rincón del mundo con los mal llamados aranceles recíprocos, especialmente en los movimientos import-export de mercancías provenientes de China y de la Unión Europea (UE). Aunque se alcanzó un acuerdo para suspender su aplicación durante 90 días —acuerdo que seguirá en vigor hasta el próximo 9 de julio, si nada antes cambia—, el ambiente sigue siendo de preocupación, ya que no está claro ni con qué pie se levantará el mandatario estadounidense cada día ni qué ocurrirá una vez finalice ese plazo. Además, Trump continúa anunciando posibles nuevos aranceles y presentando apelaciones, lo que mantiene la tensión en el entorno comercial y ha provocado que, si bien hasta ahora el impacto de unos aranceles o de su amenaza no se haya notado en los datos de comercio exterior de España, los actores empresariales ya se están preparando con una estrategia basada en identificar otros mercados alternativos y en adelantar tanto la exportación como la importación.
“Algunas empresas están analizando reducir la dependencia de Estados Unidos”
Micaela Santamaría Abogada especializada en comercio exterior y aduanas de Export Lawyers
Desde el ámbito institucional, se están activando mecanismos de apoyo económico, como líneas de financiación por parte del Instituto de Crédito Oficial (ICO), especialmente dirigidas a empresas que puedan verse afectadas por las tensiones con Estados Unidos o que necesiten recursos para abrirse a nuevos mercados, según apuntan desde el Club de Exportadores e Inversores Españoles. Pero el grueso de las compañías, especialmente las que se dedican a los sectores más afectados por los aranceles, como el agroalimentario o el farmacéutico, “están buscando diversificar mercados para rebajar su dependencia de Estados Unidos”, explica la directora de la Federación Española de Transitarios (Feteia), Blanca Guitart. El objetivo es mantener al máximo la actividad exportadora frente a la menor capacidad adquisitiva de los consumidores estadounidenses, principales damnificados de esos aranceles recíprocos que no pagarían las empresas exportadoras, sino los clientes en destino.
“Entre estas medidas destacan el fortalecimiento de las cadenas de suministro globales, la diversificación y consolidación de relaciones comerciales fuera del mercado estadounidense, así como una creciente apuesta por la digitalización como instrumento para acceder a nuevos mercados”, destaca el director del servicio de Estudios de la Cámara de España, Raúl Mínguez. Durante el primer mandato de Trump, la diversificación de mercados tuvo como principal foco zonas como Asia, Oriente Medio y América Latina, además del propio mercado europeo, donde algunas empresas concentraron sus esfuerzos. Por otro lado, Feteia apunta a que muchos países están intensificando las negociaciones para afianzar las relaciones comerciales entre ellos, dejando a Estados Unidos al margen. “Algunas empresas están analizando reducir la dependencia de Estados Unidos, aprovechando los acuerdos de libre comercio suscritos por la UE con terceros países”, apunta la abogada especializada en comercio exterior y aduanas del bufete Export Lawyers, Micaela Santamaría. “Otras, en casos muy particulares, lo ven incluso como una ventaja competitiva porque sus competidores principales son chinos y, en ese sentido, quedan peor parados que los europeos”.

Adelantar la venta de mercancía no es una tarea que resulte asequible para cualquiera “porque no sabes cuándo y cuanto te van a afectar los aranceles, y adaptar la producción en origen y el almacenamiento en destino no es sencillo”, señala el investigador del Instituto de Economía Internacional de la Universidad de Valencia, Vicente Pallardó. El Club de Exportadores constata que el mayor efecto se ha dejado ver en las importaciones desde Estados Unidos, que han experimentado un aumento del 21,8% en el primer trimestre de este año. “Esto responde a la reacción de los importadores españoles ante la posibilidad de futuras represalias arancelarias por parte de la UE, lo que los ha llevado a adelantar compras”, sostiene su presidente, Antonio Bonet. Como consecuencia, el saldo comercial ha pasado de -538,8 millones de euros en marzo de 2024 a -1.267 millones de euros en marzo de 2025.
Entre los sectores más afectados en términos de variación mensual destacan, en importaciones desde Estados Unidos, los bienes de consumo duradero, con un aumento del 310,9%, los productos energéticos (+35,6%) y las materias primas (+36,5%). En cuanto a las exportaciones españolas, el sector del automóvil creció el 39,6% y las semimanufacturas, el 17,8%, mientras que los productos energéticos sufrieron una fuerte caída del 92,9%. Igualmente, las importaciones españolas desde Estados Unidos aumentaron el 57,1% en comparación con marzo de 2024, según los datos de Comercio Exterior, “lo que sugiere que muchas empresas han optado por adelantar sus importaciones ante el temor de que las condiciones comerciales empeoren en los próximos meses”, detalla el presidente del Club de Exportadores.

Por el momento, los datos arrojan unos resultados relativamente buenos para las exportaciones españolas, así como para las importaciones de Estados Unidos, más allá del hecho de que “muchas empresas han optado por adelantar sus importaciones ante el temor de que las condiciones comerciales empeoren en los próximos meses”, detalla Antonio Bonet (Club de Exportadores). La información disponible no permite establecer con certeza una relación causal entre los anuncios de medidas arancelarias y la evolución reciente del comercio bilateral entre España y EEUU, pero “es previsible que los posibles efectos comiencen a manifestarse con mayor claridad durante la segunda mitad del año, una vez finalizada la moratoria de 90 días, en un contexto en el que puedan haberse cerrado —o no— determinados acuerdos bilaterales, el impacto sobre los precios sea más perceptible, y factores como las condiciones financieras en Estados Unidos empiecen a incidir de forma más decisiva sobre los flujos comerciales”, advierte Raúl Mínguez (Cámara de España).
“Trump ha iniciado una partida, pero el comercio internacional no es un juego”
Blanca Guitart Directora de Feteia
Esa moratoria de 90 días ha brindado a las empresas un respiro temporal en el que se han empezado a articular estrategias para responder a los aranceles. No obstante, los bandazos han sido constantes en pocos días: unas negociaciones que dan como fruto esa pausa, pero durante las que se mantienen en vigor los aranceles genéricos del 10%, además de los aplicados a sectores específicos. Más tarde, un juez del Tribunal de Comercio de Estados Unidos declaraba ilegales los aranceles de hasta el 50% que anunció Trump y al día siguiente reculaba. Esta falta de certidumbre mina la confianza empresarial y compromete la planificación a largo plazo. “El presidente norteamericano ha iniciado una gran partida de ‘Texas Hold’em’, sin tener en cuenta que el comercio internacional es muy complejo y muy sensible, y que no es un juego. Y si lo fuera, es un juego suicida, porque en él todos pierden, especialmente los consumidores”, asegura la directora de Feteia.
Por eso, ante el paso inexorable de los días, desde la asociación española de transitarios se ve plausible una imposición de aranceles mutua entre Washington y Bruselas, aunque sea en una cuantía razonablemente más baja a la propuesta inicialmente por Trump. “Estamos trabajando sobre ese escenario: con aranceles que podrían subir, con caídas en la actividad y bajada de los tráficos“, afirma Blanca Guitart. Y no son los únicos. En el despacho de Export Lawyers también se empiezan a recibir consultas de clientes llenos de inseguridad jurídica que “nos han encargado análisis del impacto de las medidas y planes de contingencia con tal de intentar paliar los efectos”, explica Micaela Santamaría. Porque otra cuestión relevante, afirma la letrada, es que se suele confundir el concepto procedencia con el concepto origen: una empresa europea, aunque exporte a Estados Unidos, si exporta producto con origen chino, recibirá el arancel de China, no el de la UE.
“No se regresará al ‘statu quo’ previo a la actual Administración estadounidense”
Raúl Mínguez Director del servicio de Estudios de la Cámara de España
UNOS ARANCELES QUE HAN VENIDO PARA QUEDARSE SIN SABER EN QUÉ TÉRMINOS
En general, prácticamente todos los expertos del sector prefieren no pillarse los dedos estableciendo previsiones con los datos del segundo semestre que, a buen seguro, sí mostrarán un inicio de tendencia claro. Sin embargo, todos se manifiestan abiertamente preocupados por la complejidad operativa y el encarecimiento que el escenario que ha planteado Washington genere en los flujos comerciales españoles. Además del 10% de aranceles generalizados, el 25% de impuestos a sectores como el metal, el aluminio o el automovilístico ya está en vigor. “El simple hecho de haberlo propuesto refuerza la sensación de imprevisibilidad“, razona Antonio Bonet (Club de Exportadores). “Los operadores del sector se mantienen en alerta, ajustando sus operaciones a corto plazo para anticiparse a cualquier decisión”. Las partes tienen hasta el mes que viene para llegar a un acuerdo que determine si los aranceles pasarán a la historia como una ocurrencia más o si han venido para quedarse.
Y en la Cámara de España se inclinan por la segunda posibilidad. “El tipo mínimo del 10% aplicado por Estados Unidos parece haberse consolidado como un umbral estructural, y los borradores de acuerdos entre Estados Unidos y otros países, como Reino Unido o China, sugieren que no se regresará al ‘statu quo’ previo a la actual Administración estadounidense”, lamenta Raúl Mínguez. Asimismo, este organismo económico señala que varias empresas han transmitido su intención a asumir, “en la medida de lo posible”, una parte del coste derivado de los nuevos aranceles con el fin de mantener su competitividad. “Las empresas están expectantes por conocer las condiciones finales de los aranceles, sobre ellas y sobre sus competidores de otros países”, describe Vicente Pallardó (Universidad de Valencia). “Hay muchos productos que Estados Unidos no puede sustituir, así que se seguirán comprando en el exterior, y los aranceles relativos son, por tanto, tan importantes o más que los absolutos”.
LAS IMPORTACIONES DE ESTADOS UNIDOS DESDE LA UE SE DESPLOMAN EN ABRIL
En la estadística comercial de Estados Unidos está ocurriendo la situación contraria a la que, a priori, ocurre de momento en España y en Europa. La errática política arancelaria de Trump han distorsionado el comercio estadounidense, provocando que sus empresas adelantasen también importaciones para esquivar las tasas. Con ello, según la Oficina del Censo de Estados Unidos, el déficit comercial se disparó en el primer cuatrimestre, pero vivió en mayo la mayor reducción intermensual de la historia. El adelanto de las compras provocó que las importaciones desde la UE se redujesen el 40% en abril con respecto a marzo, hasta los 68.607 millones de dólares. En conjunto, con datos desestacionalizados y en términos censales, el déficit de Estados Unidos en el comercio de bienes fue en abril de 86.965 millones de dólares, el 46% menos que en marzo, sobre todo por la caída de las importaciones.
“Respecto a las exportaciones UE-Estados Unidos, sí, al principio muchas exportaciones a Estados Unidos se frenaron a la espera de claridad, y ahora en cambio la sensación es que las empresas están aprovechando para exportar más y suministrar a Estados Unidos en estos 90 días de margen”, afirma Micaela Santamaría (Export Lawyers). Las noticias que llegan a Feteia desde Estados Unidos son que sus empresas van a experimentar una importante caída en las cifras de comercio exterior, en el que los consumidores estadounidenses van a tener mucho que decir. “Se acerca la campaña de Navidad, y podría darse el caso de un importante desabastecimiento en su país de productos propios de las fechas navideñas y de fin de año…”, sostiene Blanca Guitart.
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