Maersk y Hapag-Lloyd mueven ficha

18/01/2024 DIARIO DEL PUERTO

Era cuestión de tiempo. El transporte marítimo de contenedores se encaminaba desde hace meses hacia una reconfiguración total del mercado y de las alianzas y ayer Maersk y Hapag-Lloyd dieron el primer paso.

Tras el pistoletazo de salida que supuso el anuncio en 2023 por parte de Maersk y MSC de sus planes de no renovación de la alianza 2M; tras la implementación de estrategias muy diferentes basadas en un caso en el crecimiento de la flota y en otro en el fortalecimiento de la cadena de suministro; tras el duro revés financiero del año pasado por el desplome de los fletes; tras las renovadas exigencias en materia medioambiental y su aplicación en mercados como Europa con normativas aún más restrictivas; tras el agravamiento de los conflictos globales con sucesivos cisnes negros; y tras la decisión de la UE de derogar la Consortia Block Exemption Regulation era cuestión de tiempo que se dieran los primeros pasos para dar un vuelco al mapa global de las alianzas marítimas en el transporte de contenedores.

Hapag-Lloyd comporta una oportunidad para la complementariedad y crecimiento junto a Maersk
Sin el paraguas de la consortia block exemption

Uno de los aspectos fundamentales de la reconfiguración de las alianzas marítimas en el sector del transporte de contenedores es que se va a producir sin el paraguas de la regulación europea Consortia Block Exemption, establecida en su día por la Unión Europea para, de acuerdo con la situación que se daba en aquel momento en el transporte marítimo, permitir una serie de exenciones en materia de competencia que aseguraran el desarrollo y la prestación de servicio de la mano de las alianzas.

Esta regulación, que ha generado mucha polémica en los últimos tiempos porque a juicio de diversos expertos facilitó la posición de dominio de las navieras a partir de la pandemia, quedará finalmente derogada el próximo 25 de abril ya que, tal y como anunció la Comisión Europea el pasado 10 de octubre, su permanencia ya “no cumple con criterios de eficacia, eficiencia y valor”.

Por tanto, las nuevas alianzas que se constituyan a partir de esa fecha serán evaluadas y autorizadas, si procede, a la luz de la normativa general europea en materia de competencia, no existiendo ya ningún privilegio.

Así, ayer mismo se produjo el primer movimiento de gran alcance, con el anuncio por parte de Maersk, segunda naviera del mundo por capacidad de flota, y de Hapag-Lloyd, quinta, de establecer un acuerdo de cooperación a largo plazo a partir de febrero de 2025, justo cuando expira la 2M.

De esta forma, Maersk ha encontrado el relevo de MSC en Hapag, que automáticamente a partir de febrero abandonará The Alliance, con lo que las fichas de dominó seguirán cayendo.

Por un lado, todas las miradas se dirigen ahora a MSC, la primera naviera del mundo, con una flota ya de 5,6 millones de TEUs de capacidad y pedidos que ascienden a otros 1,43 millones de TEUs, siendo la pregunta relevante si tendrá sentido buscar aliados o si la configuración de MSC es tan amplia y suficiente que le permitirá ofrecer sus servicios en todos los casos con sus propios medios.

Por otro lado, será interesante constatar el impacto de la salida de Hapag-Lloyd de The Alliance, donde más allá de su aportación era la naviera con mayor capacidad de flota. A partir de aquí, es bueno detenerse en los distintos factores que confluyen en la nueva alianza entre Maersk y Hapag-Lloyd.

La apuesta de Maersk y Hapag-Lloyd busca devolver el equilibrio entre la calidad comprometida, la calidad prestada y la calidad deseada

En primer lugar, esta alianza ayuda a enfocar la estrategia de Maersk de los dos últimos años, donde se evidenció la contención en el crecimiento de la flota frente a la imparable expansión de MSC, que dio el sorpaso distanciándose ya en más de 1,5 millones de TEUs en lo que respecta a la capacidad. En este sentido, Hapag-Lloyd comporta una oportunidad para la complementariedad y crecimiento junto a Maersk.

En segundo lugar, el acuerdo entre Maersk y Hapag-Lloyd nace sin horizonte de caducidad. Ha sido definida como una cooperación operativa “a largo plazo”, que transmite una solidez que invita a pensar en posibles acuerdos de aún mayor “colaboración” si cabe más adelante.

En tercer lugar, a la hora de argumentar las claves de la alianza, Maersk y Hapag-Lloyd han hecho hincapié en  algunos de los retos competitivos que más preocupan en estos momentos en el mercado.

Así, en sus declaraciones de ayer con motivo del anuncio de la alianza, tanto Vincent Clerc, director ejecutivo de Maersk, como Rolf Habben Jansen, director ejecutivo de Hapag-Lloyd, hicieron mención a tres retos fundamentales.

El primero es el de la “confiabilidad” de los servicios. Por ello, la apuesta de Maersk y Hapag-Lloyd busca devolver el equilibrio entre la calidad comprometida, la calidad prestada y la calidad deseada.

El segundo elemento es el de la cadena logística integral. La integración de los servicios se hace cada vez más imprescindible para garantizar esa confiabilidad, se deduce de las prioridades de ambas navieras.

Sostenibilidad

Por último, Maersk y Hapag-Lloyd inciden como tercer factor clave en la sostenibilidad, toda vez que exige una transformación radical de las flotas, máxime si se quiere cumplir el objetivo de la naviera danesa de cero emisiones en 2040 y de la naviera alemana en 2045.

Hay que destacar que Maersk ayer también analizó el periodo que ahora se abre hasta la ruptura definitiva con MSC y el inicio de las operaciones con Hapag-Lloyd.

Según Maersk, “la alianza 2M sigue siendo una red muy confiable para las rutas Este-Oeste y MSC sigue siendo un socio valioso. Esperamos continuar la colaboración con MSC desde ahora hasta el final del acuerdo 2M en enero de 2025, seguido de una transición sin problemas a la nueva red”, afirmó.

A partir de febrero de 2025, “Gemini” cubrirá las rutas marítimas entre Asia y las costas este y oeste de Estados Unidos, Asia y Oriente Medio, Asia y Mediterráneo, Asia y Norte de Europa, Oriente Medio, India, Europa y la ruta trasatlántica
Según Maersk, la alianza 2M sigue siendo una red “muy confiable para las rutas Este-Oeste”, mientras que “MSC sigue siendo un socio valioso”