El histórico fracaso de la OPEP con el petróleo tiene un culpable inesperado dentro del propio cártel

18/12/2023 EL ECONOMISTA

Los recortes de producción de petróleo anunciados por la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) y Rusia (OPEP+) este año han sido históricos. Al millón y pico de barriles anunciado en abril (a lo que hay que sumar el millón voluntario de Arabia Saudí), el cártel ha prometido más recortes voluntarios en su última reunión. Sin embargo, contra todo pronóstico, el petróleo parece haber entrado en un mercado bajista (una caída de más del 20% desde los máximos de finales de septiembre). ¿Cómo se puede explicar tan estrepitoso fracaso de la OPEP? Hay varias razones que explican este, a priori, sinsentido.

Aunque el petróleo suma dos días de recuperación al calor de los discursos ‘dovish’ (anticipan bajadas de tipos de interés) de la gran banca central, lo cierto es que el barril de Brent cotiza todavía lejos de los 80 dólares, cuando las expectativas para este año hablaban de un barril incluso por encima de los 100 dólares.

Gran parte de la culpa de este fracaso es producto de cuestiones ajenas a la OPEP, pero también dentro del propio cártel, lo que debería preocupar aún más si cabe a Arabia Saudí, líder de facto del cártel. «La oferta récord de EEUU, Guyana y Brasil, el aumento de los envíos iraníes y las sanciones a las exportaciones de petróleo rusas han alterado los flujos comerciales mundiales de petróleo, expulsando a Arabia Saudí y a otros productores clave de Oriente Medio de los principales mercados de exportación», aseguraba el informe de la Agencia Internacional de la Energía.

El rápido crecimiento de la producción en varios puntos del globo, a la vez que la OPEP recortaba su bombeo, ha resultado en una estrategia fallida para el cártel: los precios del petróleo no han subido y encima el grupo de países exportadores ha perdido cuota de mercado. Es decir, el petróleo de Arabia Saudí y sus aliados es hoy menos importante que nunca en el mercado, según revelan los datos de la AIE.

Petróleo OPEP recortes cuota Arabia SaudíEl peso del petróleo de la OPEP+ en el mercado se desinfla

Que EEUU, Canadá o Guyana torpedeen la estrategia de la OPEP (de forma involuntaria), a través de los incentivos que generan unos precios mayores del petróleo, es lógico. Siempre que el precio del crudo sube, los productores de fracking americano se han visto impulsados a invertir y aumentar su capacidad de producción. Sin embargo, tal y como destaca la AIE, en esta ocasión se ha producido también un aumento de la producción de petróleo en Irán (miembro de la OPEP), que ha alcanzado su nivel máximo de bombeo en los últimos cinco años. Se estima que la producción de Irán ha pasado en cuestión de meses de 2,1 millones de barriles diarios a los 3,1 millones de barriles que produce en la actualidad, un incremento del 50% que ha esterilizado, en parte, los recortes de otros miembros.

El boom del petróleo de Irán

«En Irán, el suministro de petróleo crudo aumentó hasta los 3,19 millones de barriles diarios, el nivel más alto desde octubre de 2018… Las conversaciones oficiales para reactivar el acuerdo nuclear con Irán de 2015, que aliviaría las sanciones, han estado congeladas durante más de un año. Teherán ha dicho que tiene como objetivo una producción de crudo de 3,6 millones de barriles diarios en marzo de 2024. Estimamos que la capacidad de petróleo crudo de Irán es de 3,8 millones de barriles diarios», aseguran desde la AIE. Aunque Irán está exento de cumplir con los recortes, nadie dentro del cártel habría esperado que Teherán aprovechase esa condición para disparar su producción de crudo.

De modo que si Irán sigue colando su crudo en los mercados internacionales, su incremento de producción seguirá siendo un quebradero de cabeza para Arabia Saudí (principal rival geopolítico en la región) y sus aliados más cercanos en la OPEP. Aunque en el cártel tienen un mismo objetivo, dentro del mismo existen facciones bien diferenciadas. Una liderada por Riad y la otra por Teherán. Estos enfrentamientos ‘civiles’ han sido en varias ocasiones el principio del fin de muchas estrategias coordinadas por la OPEP.

¿Por qué insiste la OPEP en los recortes de crudo?

Si la estrategia está fracasando, ¿por qué no da un giro el timón Arabia Saudí e inunda el mercado con petróleo para hundir a los rivales menos competitivos (los que incurren en mayores costes de producción)?, se preguntarán muchos. La decisión no resulta sencilla. La OPEP ha fracasado porque no ha logrado su objetivo (un barril holgadamente por encima de los 80 dólares y más cerca de los 100 que de los 80 dólares), pero es que sin los recortes que ha realizado durante este año el precio del petróleo podría estar en los 50 dólares, dados los elevados niveles de la oferta.

La OPEP tiene que elegir entre dos opciones que tienen sus ventajas e inconvenientes, es una suerte de trade off: si la OPEP recorta y produce menos petróleo, el crudo tendrá un precio más caro a costa de perder cuota de mercado (lo que les está ocurriendo hoy al cártel). Si, por el contrario, deciden producir mucho más petróleo y hundir los precios, recuperarán cuota de mercado, pero tendrán que estar un año o dos vendiendo petróleo a 40 o 50 dólares el barril, lo que impide a los países de la OPEP cuadrar sus presupuestos. El cártel se encuentra en un atolladero. Los días dorados han podido terminar para este grupo de países exportadores. La OPEP parece que prefiere autoengañarse y publicar unas previsiones sobre demanda y oferta en las que pocos confían.

Una combinación fatal para el petróleo

Además de lo anterior, también se ha producido una combinación fatal con varios factores que han coincidido en el tiempo para la OPEP, lastrando aún más su estrategia y complicando su acción futura. Al aumento de la producción en EEUU, Guyana, Irán o Brasil se le ha unido una caída de la demanda de crudo que nadie había previsto, ni la OPEP en sus informes mensuales ni la propia Agencia Internacional de la Energía (AIE). Todo ha culminado en un mercado bajista para el petróleo que deja a la OPEP en una situación muy compleja tras haber gastado su última bala insistiendo en una estrategia que está haciendo aguas por todos lados.

Como resultado, la AIE cree que el peso del petróleo de EEUU en el mercado mundial seguirá creciendo, «al mismo tiempo, la OPEP+ (cuenta con Rusia y sus aliados) registrará una disminución y reducirá su participación de mercado al 51% en 2023, la más baja desde la creación del bloque en 2016».

«El sentimiento del mercado petrolero ha cambiado y ahora es decididamente bajista, ya que la fortaleza de la oferta fuera de la OPEP+ ha coincidido con una desaceleración del crecimiento de la demanda mundial de petróleo. La extensión de los recortes de producción de la OPEP+ hasta el primer trimestre de 2024 ha hecho muy poco para apuntalar los precios del petróleo. A principios de diciembre, habían caído unos 25 dólares por barril desde los máximos de septiembre, hasta sus niveles más bajos en seis meses», asegura la AIE.

¿El principio del fin del petróleo?

La demanda de petróleo es muy incierta de cara al futuro. «Europa está particularmente débil ante la amplia crisis industrial que sufre el Viejo Continente. Además, los estándares de eficiencia más elevados y una flota de vehículos eléctricos en expansión continúan frenando el uso de petróleo. Como resultado, el crecimiento de la demanda mundial de petróleo en 2023 se ha ajustado a la baja con respecto al Informe del mes pasado», sentencia el informe de la Agencia Internacional de la Energía.

A Europa se le atribuye «más de la mitad» de la caída de las previsiones del último trimestre del año, según apuntó la organización dependiente de la OCDE en el informe que ha publicado esta misma semana. Desgranando algo más los datos, el crecimiento de la demanda mundial se ralentizará «drásticamente» en la recta final del año, al pasar de 2,8 millones de barriles diarios interanuales en el tercer trimestre a 1,9 millones de barriles diarios en el cuarto.

«La demanda mundial de petróleo está en vías de aumentar en 2,3 millones de barriles diarios en 2023», hasta un total de 101,7 millones, pero esto «enmascara el impacto de un mayor debilitamiento del clima macroeconómico», advirtió la agencia.

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