El dilema de las instalaciones para la distribución urbana

09/01/2023 CdS

El comercio electrónico avanza en España a pasos agigantados, aprovechando que la penetración de internet en el país es abrumadora y una vez que se han superado .

Según los datos de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, la cifra de negocio del e-commerce ha superado en España los 57.700 millones de euros en 2021, un 11,7% más que un año antes.

De igual manera, ese mismo año se han producido casi 1.188 millones de transacciones de comercio electrónico, con un crecimiento anual de un 14,5% con relación a 2020.

Gran parte de estas transacciones corresponde de manera mayoritaria a envíos de mercancías.

En concreto, según los registros del propio organismo regulador, el segmento de paquetería ha facturado el pasado 2021 un total de 6.463,3 millones de euros, un 39,8% más que en 2020.

Así mismo, el año pasado se han sumado 1.087,3 millones de envíos de paquetería, un 59,4% anual más, fundamentalmente en servicios de comercio electrónico, según la CNMC.

En este contexto al alza, acelerado por la pandemia, aunque también parece que ha perdido fuelle este 2022, son muchos los retos que plantea esta evolución para la gestión logística y el uso de estos servicios principalmente en zonas urbanas, que es donde se desarrolla de manera fundamental.

En este contextos, IE University ha elaborado, en colaboración con Prologis, un estudio que aborda los retos de la gestión urbana y que por primera vez, gracias al ‘Índice del Impacto Logístico de Última Milla’ (LM-LII por sus siglas en inglés), permite optimizar el impacto de la logística como motor de innovación de las ciudades a través de soluciones sostenibles.

Con ello se pretende mejorar el impacto en el crecimiento de las ciudades, merced a un índice que pretende establecer la relación entre los diferentes actores que confluyen en la distribución urbana, tanto en el ámbito privado como en el público, dos escenarios que conviven y están destinados a entenderse.

Madrid y Barcelona como ejemplos

En una primera fase, este Índice se ha aplicado a las ciudades de Madrid y Barcelona, aunque la idea es que se pueda aplicar a cualquier ciudad del mundo, para desarrollar propuestas logísticas para cada ecosistema urbano.

Según sus promotores, el aumento de densidad de las ciudades, junto con el incremento del e-commerce, especialmente después de la pandemia, supone un reto global.

En este sentido, de acuerdo con el IE Center for Sustainable Cities, hasta 2020 no existían sistemas de evaluación del impacto de la logística en las ciudades.

Por eso se considera necesario proponer soluciones que tuvieran en cuenta todos los factores que construyen las ciudades: el medioambiental, social, político y urbanístico.

Para ello, el estudio ha analizado tres tejidos urbanos diferenciados y característicos, como son el centro histórico, el ensanche y el extrarradio de Madrid y Barcelona.

A partir de ahí se han simulado diez escenarios para cada una de esas zonas. Estas simulaciones combinan el tipo de urbanismo y el tipo de transporte logístico que se utiliza en cada área

A continuación, se ha trabajado la relación entre la estructura urbana y el tipo de sistema logístico mediante el concepto de Área de Intensidad Logística, gracias a un sistema de anillos que se superpone a la ciudad y que sincroniza la estructura urbana con el tipo de sistema logístico más eficiente y sostenible.

El crecimiento exponencial en la adopción del comercio electrónico tras la pandemia ha propiciado cambios en los hábitos de vida y consumo que junto con la sostenibilidad han demostrado ser palancas de transformación y adaptación de las ciudades, motivo por el que la logística urbana, en toda su dimensión, adquiere entidad de eje vertebrador.

La imbricación de las instalaciones logísticas urbanas en el tejido de las ciudades facilita la actividad.

Para simular los distintos escenarios y medir su rendimiento, se han utilizado programación y formulación matemática para incluir todos los parámetros y calcular el rendimiento de cada escenario.

Todo ello, junto con los datos proporcionados por la administración local han permitido crear modelos para visualizar el carácter y el comportamiento de la ciudad, con el fin de explorar diferentes escenarios logísticos y adaptarlos a la operativa real concreta.

Para abordar el reto del incremento de la actividad logística en nuestras ciudades, es imprescindible conocer su impacto y proponer estrategias, acciones y políticas de planificación concretas para lograr que este impacto sea positivo manteniendo la eficiencia y funcionalidad de la red logística, en un ecosistema en el que los agentes naturales, físicos, sociales, digitales, económicos y políticos están interconectados.

El futuro del sector logístico crecerá impulsado por el incremento del comercio electrónico y la dotación de más espacios de almacenamiento por parte de los operadores para asegurar sus cadenas de suministro.

Según datos de Prologis, se prevé que las ventas de e-commerce crezcan un 85% en un periodo de apenas cinco años sumando los doce países europeos en los que opera la compañía.

En este contexto, las instalaciones logísticas urbanas deberán considerar su impacto sobre la movilidad en el área de influencia y en la vida urbana en la zona para garantizar su correcto funcionamiento.

El caso de Madrid

De hecho, las normativas municipales tienden cada vez más a contemplar esta imbricación de las instalaciones de logística urbana en la trama de las ciudades.

Es el caso, por ejemplo de Madrid, cuyo Plan de Movilidad Sostenible Madrid 360 concede una especial importancia a las actuaciones destinadas a optimizar la distribución urbana de mercancías mediante la habilitación de microplataformas en las zonas urbanas más densas y plataformas logísticas en las zonas más externas de la ciudad.

Con estas instalaciones se pretende facilitar la desconsolidación de la carga tanto para los distribuidores como para los receptores.

En esta misma línea, la habilitación de estos puntos de transferencia se complementa con un sistema de monitorización y control de las zonas de carga y descarga que permita la optimización de las rutas de los distribuidores, con el fin de ahondar en una gestión integral de la logística urbana. 

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