19/09/2022 TRANSPORTE XXI

La Autoridad Portuaria de Huelva abre un concurso para el desarrollo de la primera fase de la ZAL, que afecta a una superficie de 158.000 metros cuadrados, orientada a cuatro sectores: industrial, agroalimentario, sanitario y logística.

La Autoridad Portuaria de Huelva sigue dando pasos firmes para el desarrollo de una Zona de Actividades Logísticas (ZAL) en el polígono industrial de la Punta del Sebo, con una superficie total de 60 hectáreas, que situará a la dársena onubense en el mapa logístico europeo. El último hito ha sido la apertura de un concurso público para el otorgamiento de concesiones administrativas con destino a la construcción y explotación de naves logísticas y edificios de servicios generales.

La fecha límite de recepción de ofertas finalizará el 30 de diciembre y la apertura de las propuestas se producirá entre enero y febrero de 2023. Las previsiones manejadas por la entidad portuaria apuntan a poder iniciar los trámites de adjudicación y tramitación de las diferentes concesiones administrativas a partir de abril.

“La ZAL se convertirá en una zona de creación de riqueza, empleo y oportunidades para Huelva, ya que albergará actividades complementarias, proyectos sostenibles desde el punto de vista medioambiental y de transformación, en torno a los sectores portuario, industrial, agroalimentario, logístico y de distribución, que generan valor añadido para la ciudad”. Así de contundente se mostró la presidenta de la Autoridad Portuaria, Pilar Miranda, en la presentación del proyecto.

Primera fase de la ZAL

La primera fase que ahora sale a concurso afecta a una superficie de cerca de 158.000 metros cuadrados, compuesta de dos parcelas de 65.043 metros cuadrados y 71.810 metros cuadrados con finalidad logística, orientada a cuatro sectores fundamentales: industrial, agroindustria, sanitario y logística general y distribución urbana de mercancías. Este espacio logístico, que podrá albergar la gestión de más de 600.000 toneladas de mercancías al año, incluye una zona en la fachada, frente a la ría de Huelva y su paraje natural de Marismas del Odiel, para la ubicación de actividades más terciarias, como oficinas, restauración o comercio, entre otras.

El concurso va dirigido principalmente a inversores inmologísticos, tanto en activos a través de proyectos “llave en mano” o promoción delegada, como proyectos a riesgo. El pliego permite, a su vez, poder optar a ser gestor integral de la ZAL, gestionado por una entidad jurídica de capital puramente privado, opción preferente para la entidad que preside Pilar Miranda, o bien de capital mixto público-privado, participada por la Autoridad Portuaria.

No obstante, el organismo portuario pretende involucrar a operadores logísticos, empresas de los diferentes modos de transporte, cargadores y consumidores. De hecho, desde la entidad explican que “la ZAL abarcará soluciones en las diferentes instalaciones en la que se materializan la cadena de suministro en sus diferentes fases, desde el abastecimiento, producción, almacenamiento, distribución y logística inversa”. Al mismo tiempo, añaden las mismas fuentes, la ZAL permitirá el desarrollo de actividades híbridas logístico-industriales a través de procesos productivos o de transformación, aprovechando que Huelva es el primer enclave industrial en Andalucía con empresas químicas y energéticas relevantes. En este sentido, alrededor de la Zona de Actividades Logísticas se identifica un espacio para la producción, almacenamiento y distribución de combustibles alternativos, que van desde los biocombustibles, hidrógeno, amoniaco, e-fuels y GNL, entre otras aplicaciones. Es decir, “la ZAL del Puerto de Huelva se plantea como una oferta infraestructural y de servicios que, basado en el potencial logístico, sirva de tractor a la actividad económica del Puerto y su entorno, aportando, a su vez, un enfoque enriquecedor en la integración Puerto-Ciudad y al conjunto del territorio”, señalan desde el organismo portuario.

La ZAL, además, constituye una pieza fundamental dentro de la estrategia intermodal del Puerto de Huelva, centrada en ofrecer unas infraestructuras con una “excelente conectividad” con otros nodos logísticos de la Península y las Islas Canarias, más allá de la conectividad con otros destinos en el norte de Europa, África y Suramérica. El Puerto, en este sentido, forma parte del Corredor Atlántico dentro de la Red Transeuropea de Transporte, que, a su vez, está conectada con el Corredor Mediterráneo a través de la terminal ferroviaria de Majarabique, ubicada en Sevilla, plataforma que gestiona el Puerto de Huelva, mejorando así las cadenas logísticas y su propio hinterland.

La terminal ferroportuaria, la terminal ro-ro y la terminal de contenedores del Muelle Sur, que ha ido experimentando crecimientos continuos y sostenibles de tráficos de mercancía general en los últimos años, aporta mayor complementariedad a la multimodalidad, lo que puede beneficiar a la ZAL “La aportación de valor a la mercancía que se enrute a través del propio Puerto mediante la composición y descomposición de la carga, servirá de revulsivo para incrementar los tráficos marítimos”, insisten desde la entidad.

Soluciones a la carta

La ZAL, gracias a su posición geoestratégica y la proximidad a grandes vías de comunicación, los proyectos alrededor del puerto de Huelva de transición energética, e iniciativas de transformación digital, junto a una apuesta clara por la intermodalidad, se perfila como un nodo logístico de primer nivel. Un proyecto que, además, permitirá generar sinergias entre los diferentes sectores a los que se dirige esta iniciativa.

A la hora de analizar el modelo de negocio se han establecido dos tipos de demandas. Por un lado, la entidad se ha marcado como objetivo dar soporte a actividades logísticas a dos sectores maduros del entorno, como son el sector industrial, gracias al polo químico de Huelva con grandes empresas implantadas, y el sector productivo agroalimentario, de gran importancia. Por otro lado, está prevista la implantación de empresas del sector sanitario y otras actividades más generalistas en logística, como el reparto urbano de mercancías.