17/03/2022 DIARIO DEL PUERTO
Las opciones para renovar la flota del transporte de mercancías por carretera son limitadas, algo que, según las asociaciones del sector, parece que no se percibe desde las Administraciones.
Enmarcadas en el Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, las ayudas que destinará la Generalitat de Catalunya a la descarbonización de las flotas de transporte de mercancías y viajeros por carretera, que ascienden a 21,7 millones de euros, provienen de los fondos Next Generation de la Unión Europea (UE).
Sin embargo, desde diferentes asociaciones del sector apuntan a que se trata de una medida “insuficiente” ya que, explica en declaraciones a Diario del Puerto Bonifacio Asensio, presidente de Ametraci, “con los precios que estamos cobrando y la subida del carburante, ¿quién se atreve a comprar un vehículo nuevo?”, a lo que el propio Asensio responde que “solo las grandes empresas”.
Según la Generalitat, la convocatoria, abierta tanto a grandes empresas como a pymes y autónomos, busca descarbonizar el transporte profesional mediante la renovación de los vehículos pesados, impulsando la tecnología eléctrica o hidrógeno. De este modo, “las ayudas se destinarán a la adquisición de nuevos vehículos de gas, híbridos eléctricos, eléctricos puros o de hidrógeno”.
Con ello, Carlos Folchi, presidente de la Asociación General de Transportistas de Catalunya (AGTC), incide en que son unas medidas “insuficientes”, ya que se destinan a la renovación de flota “por substitución de vehículo eléctrico o de hidrógeno” y, en el transporte pesado de mercancías, recuerda, “es una tipología de vehículos que no existe”.
“Las ayudas deberían ir destinadas a la compra de vehículos EURO6, que son los disponibles en el mercado”
Por el contrario, explica Folchi, “las ayudas deberían ir destinadas a la compra de vehículos EURO6, que actualmente encontramos en el mercado disponibles, a pesar de los plazos de entrega, y que sí reducen la contaminación”.
De este modo, prosigue, “la Generalitat de Catalunya debería destinar otros fondos para ayudas como “políticas activas para facilitar la renovación de la flota con vehículos disponibles en el mercado, es decir, con opciones realistas”.
Bonifacio Asensio, quien lamenta no haber recibido comunicación oficial por parte de la Generalitat, teniendo en cuenta el contexto de diálogo en el que se encuentra el sector con la Administración local y regional a raíz de la ZBE, declara que con esta medida los políticos “solo quieren colgarse la medalla”.
Solicitudes abiertas
El Diario Oficial de la Generalitat de Catalunya (DOGC) publicaba este lunes la convocatoria, abriéndose el plazo de solicitudes a partir del martes. Las peticiones, según se indica, se resolverán a medida que se presenten y las ayudas se otorgarán hasta agotar la partida económica.
Por otra parte, la inversión también prevé partidas para la transformación de motores diésel o gasolina a motores de electricidad, hidrógeno o gas. A ello se suman las ayudas para la instalación de infraestructuras de carga para vehículos pesados y la adquisición de semirremolques para autopistas ferroviarias.
ZBE: Problema nacional Para Carlos Folchi, presidente de la Asociación General de Transportistas de Catalunya, el “drama” del sector es que no hay alternativa, de momento, y propone como medida que desde la Administración se potencie la homologación de filtros y catalizadores, una de las peticiones de las asociaciones del sector en Barcelona ante la Zona de Bajas Emisiones (ZBE), cuya normativa entró en vigor a principios de año.
Desde entonces, recuerda, se ha celebrado una reunión de seguimiento y “sin ninguna novedad”. Folchi afirma que la homologación de los filtros y catalizadores “parece no tener suficiente impulso”. Por ello, “estamos pendientes de la generalización de la ZBE al resto de ciudades, cuando dejará de ser un problema local para ser un problema nacional” y, tal vez “las Administraciones pongan más interés”.
