11/03/2022 TRANSPORTE XXI

El paquete europeo para la transición energética genera muchas incógnitas y escasas certezas en el sector, que demanda que se ponga el foco en incentivar más que en gravar.

El paquete europeo ‘Fit for 55’ destinado a impulsar la transición energética plantea muchas dudas y genera pocas certezas en el sector del transporte. No obstante, también se presenta como una oportunidad. Estas son algunas de las principales conclusiones que se pusieron sobre la mesa en una jornada organizada por la Confederación Española de Organizaciones Empresariales (CEOE) ayer en Madrid.

Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de Astic, tachó de clave que el paquete ponga el foco en incentivar más que en gravar. El paquete europeo conjuga intereses declarados como la reducción de emisiones, “con otros no declarados, como pueden ser una recarga impositiva adicional”, apuntó. El representante de Astic recordó que España recauda más de 10.000 millones de euros anuales por el impuesto de hidrocarburos, por lo que estaría bien que “una parte de la carga impositiva se dedicase a incentivar la adquisición de vehículos de otros combustibles”.

Además, “sería importante que se apostase por la neutralidad tecnológica y por la sincronización entre todos los países europeos en relación con la recarga tanto eléctrica como de biocombustibles y ecocombustibles”.

Valdivia lamentó que muchos transportistas que apostaron por combustibles menos contaminantes como el gas natural estén siendo abandonados ahora que el precio se ha multiplicado por tres. “El sector ha tomado buena nota de qué pasa con los pioneros”, advirtió.

Por su parte, Elena Seco, directora general de Anave, recordó que en el transporte marítimo el 99,9 por ciento de los combustibles actuales tienen origen fósil. “Estamos en una situación de partida muy mala”, lamentó, puesto que “no existe ningún combustible ecológico viable ni tecnológica ni comercialmente en el transporte marítimo internacional”.

Para Seco, es preciso apostar por el biogás y los ecocombustibles, “pero necesitamos que exista esa oferta, porque ya no entro ni en el precio, es que no está ni disponible en los puertos”. Además, hizo hincapié en la necesidad de que esta transición energética se haga teniendo en cuenta una seguridad jurídica en las inversiones.

A su vez, Javier Gándara, presidente de la asociación de líneas aérea (ALA), señaló que el combustible sostenible para la aviación (SAF) es la única alternativa ecológica a corto plazo para el sector aéreo. Gándara insistió en la oportunidad que representa para España este paquete europeo, “con la capacidad de refino importante que existe y el sistema de distribución en los aeropuertos”. En esa línea, “España tiene que invertir y utilizar los fondos Next Generation para no solo ser autosuficientes a nivel de SAF, sino también ser capaces de exportarlo al resto de Europa”.

Ayudas económicas

El presidente del Consejo de Transporte y Logística de CEOE, Rafael Barbadillo, incidió en que “todos los sectores vamos a precisar de una adecuada reglamentación y ayudas económicas para poder hacer esta complicada transición energética, que es más una transformación de la industria, cuando además no hay tecnología todavía preparada”.

Por último, María José Rallo, secretaria general de Transportes del Mitma, reconoció que la Unión Europea es consciente de que la transición energética va a ser cara y que hay que valorar y medir bien los efectos colaterales. “Es preciso afrontar inversiones que afectan a toda la cadena de valor de manera transversal, por lo que requiere debate y reflexión y abordarla desde el punto de vista más riguroso posible”, afirmó. En este sentido, “para nosotros es clave conocer la situación y las necesidades del sector”, a la par que reconoció una tramitación más complicada de lo que se esperaba del citado paquete europeo.