Nuria Lacaci: «La situación actual del sector del transporte marítimo y su impacto en los productos agroalimentarios»

14/11/2021 REVISTA ALIMENTARIA

El transporte marítimo en rutas transoceánicas está viviendo una época convulsa. La demanda embalsada durante la pandemia ha aflorado de golpe en el segundo semestre de 2021, solapando con la temporada alta de transporte.

Este crecimiento exponencial de la demanda ha repercutido en un incremento del e-commerce, que ha provocado que se dispare la fabricación y el envío de mercancías desde los centros de producción asiáticos a los consumidores de Europa y EEUU.

Esto ha promovido que la capacidad de carga, en términos de navieras y contenedores, se haya concentrado en el lejano oriente, sobre todo en China, dando lugar a una falta de equipos y espacios para empresas y tráficos del resto del mundo.

Esta falta de oferta de transporte ha conllevado un encarecimiento de los fletes transoceánicos, que han visto como en determinadas rutas se multiplicaban por diez, convirtiendo el mercado de contenedor en un mercado de subasta en el cual el mejor postor es el que consigue posicionar un contenedor vacío en puerto.

Con unos elevados niveles de demanda asegurados, las navieras se han despreocupado de la calidad del servicio, de tal manera que los cargadores estamos viendo cómo desaparecen escalas, aumentan los tiempos de tránsito y son necesarias hasta doce semanas para reservar un espacio de carga.

Los productos agroalimentarios no son ajenos a este problema. Existe un elevado volumen de frutas y hortalizas que se exportan o importan por vía marítima, bien en contenedores convencionales o bien en equipos refrigerados, como en el caso de productos perecederos, que están sufriendo la falta de capacidad de carga existente y los elevados costes.

Por otra parte, la llegada masiva de barcos cargados de mercancía ha provocado congestiones en determinados puertos, sobre todo de EE.UU., como los puertos de Los Ángeles y Long Beach, que son destino de exportaciones agroalimentarias procedentes de nuestro país. De momento los puertos españoles, aunque están funcionando a pleno rendimiento, no presentan los problemas de sus homólogos estadounidenses, pero esta situación podría revertirse en los meses que restan de campaña.

A todo lo anterior, que ya de por sí sería más que suficiente para impedir una correcta gestión de la cadena de suministro, se han juntado otros factores relacionados con el transporte terrestre y aéreo que también han impactado en las operaciones.

Entre estos factores se encuentra la alarmante falta de conductores de camión, justo en una situación en la que se necesita dar salida rápidamente a los contendores que llegan al puerto, si no queremos que se produzca un cuello de botella.

También se ha disparado el coste del transporte a temperatura controlada debido al aumento de más de un 20% en el precio del diesel, lo que penaliza a todo el transporte, pero, en especial, a los camiones y semirremolques frigoríficos, que llevan incorporados equipos de producción de frío para el transporte seguro de productos agroalimentarios.

Por otra parte, aquellos productos, fundamentalmente perecederos, que se venían transportando por vía aérea, tampoco lo están teniendo fácil. El 90% de la carga aérea viaja en la bodega de aviones de pasaje y como todavía no se han normalizado los vuelos turísticos de larga distancia, no hay suficiente espacio de carga disponible.

En este contexto, las empresas están encontrando grandes dificultades para gestionar el transporte de mercancías de manera eficiente y competitiva.

En los próximos meses veremos cómo van evolucionando los factores que han desencadenado esta crisis de transporte y esperamos que se vuelvan a dar las circunstancias necesarias para facilitar el comercio internacional.

Política de privacidad Aviso legal Política de cookies