El puerto de Rotterdam resiste lo mejor que puede el golpe del Brexit

16/02/2021 LA VANGUARDIA

Cuatro mil camiones al día y cuarenta millones de toneladas de mercancías al año salen del puerto de Rotterdam –el mayor de Europa– en dirección al Reino Unido, de manera que el impacto del Brexit es importante e inevitable. Para reducirlo, sus administradores han contratado novecientos agentes de aduanas extra, y se han pasado meses repartiendo panfletos entre los camioneros explicando las nuevas regulaciones en materia de tarifas, denominación de origen e impuesto sobre el valor añadido.

En lo que eran campos agrícolas próximos al puerto –que se extiende a lo largo de veinticuatro kilómetros–, se ha instalado un aparcamiento con capacidad para doscientos camiones, adonde se desvía a todos aquellos que se presentan sin la documentación debidamente cumplimentada y metida en el programa informático. Tienen de venia veinticuatro horas para resolver los problemas, pasadas las cuales han de abandonar el recinto sin entregar o recoger las mercancías.

 

Demanda

Numerosas firmas buscan almacenes cerca del puerto para distribuir mercancías

El intercambio comercial con Gran Bretaña representa alrededor de un 10% de todo el volumen del puerto, y desde que se implementó el Brexit el 1 de enero son numerosos los camiones que, a pesar de la campaña de divulgación de los nuevos requisitos, se presentan sin la documentación correcta. El problema es especialmente acuciante en el terreno de la carne, por los requisitos de higiene, dándose el caso de cargamentos de cabezas y otros productos del cerdo que se han pasado hasta tres semanas en los compartimentos de carga de los camiones.

Hace poco los gestores de las instalaciones portuarias invirtieron un millón de euros en un programa informático para rellenar online toda la documentación necesaria y registrar las mercancías, incluido un sistema de reconocimiento visual de las matrículas de los camiones. Criticado en su día como una extravagancia, está permitiendo que el tráfico fluya con una relativa normalidad y no se produzcan atascos.

Los conductores de vehículos que se presentan en Rotterdam con mercancías con destino al Reino Unido han de haber rellenado once formularios que antes del Brexit no eran necesarios, incluida la certificación de origen de sus productos. Si contienen elementos que no han sido fabricados en la Unión Europea (aunque se trate de simples botones o cremalleras), están sujetos al pago de tarifas e impuestos sobre el valor añadido. Y lo mismo si el destino final es otro que no sea Gran Bretaña.

Volumen

Mueve 470 millones de toneladas de carga al año y recibe más de 125.000 barcos

Los Países Bajos tienen la quinta economía de la zona euro, y el Brexit, a pesar de que al final haya habido un acuerdo comercial que reduce parcialmente su impacto, les costará unos 2.300 millones al año. Más de tres mil compañías tienen oficinas en las instalaciones portuarias, y muchas más –británicas y del resto de la UE– llevan meses buscando almacenes próximos donde establecer subsidiarias desde las que mover las mercancías, para así no tener que pagar IVA. Bruselas ha advertido que vigilará que no se trate de operaciones fantasma, simplemente nominales, sin ningún tipo de empleados.

Entre las empresas que han trasladado su centro europeo de operaciones del Reino Unido a los Países Bajos figuran Sony (electrónica), Bloomberg (comunicaciones), Discovery Channel (televisión), JD Sports (ropa deportiva), Hornby (juguetes), Norinchukin (banco de inversión), UK P&I Club (seguros marítimos), Azimo y MarketAxess (servicios financieros). En todos esos terrenos, así como en la logística, la publicidad y la sanidad, una compañía se ahorrará después del Brexit bastante dinero si tiene una sede y una red de distribución en territorio de la UE. Aunque en menor proporción, otras han establecido centros de operaciones en Francia, Bélgica y Luxemburgo.

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