04/05/2020 AEUTRANSMER

Como dijo Charles Darwin, no es la especie más fuerte la que sobrevive, ni la más inteligente, sino la que responde mejor al cambio.

En todo proceso de cambio hay estrategias y procedimientos que hay que modificar para adaptarse a las nuevas circunstancias. Durante la crisis por Covid-19 los cargadores hemos aprendido esta lección, y estamos interactuando más que nunca con el resto de la cadena de suministro, con el objetivo de encontrar en cada momento la mejor forma de trabajar para mantener el abastecimiento a la población y la actividad económica.

En los primeros días del estado de alarma nos encontramos en una situación en la que era difícil encontrar transporte, bien porque voluntariamente nuestros proveedores habían optado por suspender la actividad, o bien porque había un desvío hacia sectores que demandaban más camiones, como el sector alimentario.

Transcurrido un mes, este escenario mutó a uno nuevo, que se mantiene hasta la fecha, en el que hay una gran disponibilidad de transporte, pero éste se mueve en unos flujos en los que resulta casi imposible encontrar el retorno.

Como consecuencia de ello los cargadores nos hemos visto obligados a realizar un trabajo de adaptación que ha modificado nuestra manera de gestionar el transporte, tanto en lo relativo a relaciones comerciales, con una mayor diversificación de proveedores, como a las rutas y sus combinaciones.

La buena noticia es que esta crisis ha sacado a la luz opciones que nunca hubiéramos imaginado y ha abierto nuevas relaciones con el resto de los eslabones de la cadena de suministro que se convertirán en nuevas oportunidades de colaboración en el futuro.

De esta manera, la experiencia y capacidad de adaptación adquirida por los cargadores no solo está jugando un papel determinante durante la evolución de la pandemia, sino que estamos convencidos de que va a contribuir decisivamente a la recuperación económica y la generación de empleo.