05/11/2018 EL EMPRESARIO

Las empresas españolas han visto como las exportaciones del país han crecido exponencialmente en los últimos años. Así, según los datos de Datacomex, se han exportado un total de 1.254 productos entre los años 2011 y 2017.

El buen tono de las exportaciones de los últimos años ha permitido que alcancen el 34% del PIB, respecto a un 25% en 2008. «Esperamos que esta dinámica continúe, aunque con ritmos de avance más moderados (+2,9% previsto en 2018 y +3,7% en 2019)», explican fuentes de CaixaBank Research, y añaden que «este buen desempeño ha sido resultado de unas importantes ganancias en competitividad, respaldadas por las mejoras en productividad (+1,6% por año desde 2006) y la moderación salarial».

De esta manera, ha aumentado el número de empresas exportadoras españolas y se han diversificado los destinos. «España es un gran país exportador, en especial para estándares internacionales, y con una apertura comercial que evoluciona al alza, aunque queda lejos de gigantes como Alemania, EE. UU. y China», remachan.

«El sector exterior es uno de los ámbitos en los que más se aprecia la profunda transformación que ha experimentado la economía española en la última década», explican desde CaixaBank. De hecho, todas las comunidades autónomas, sin excepción, han aumentado su apertura al exterior, aunque existen diferencias regionales importantes en cuanto a los bienes exportados.

Sin duda, las particularidades de cada región española tienen su reflejo en la actividad económica que lleva a cabo, y también en lo que exporta. Por ello, CaixaBank ha realizado un estudio con la finalidad de caracterizar el tipo de productos que exporta cada comunidad autónoma, elaborando una medida del grado de sofisticación de los productos exportados, el índice de complejidad de las exportaciones (ICE).

El ICE refleja importantes diferencias en cuanto a la especialización productiva de las distintas CC. AA. En este sentido, Castilla y León es la comunidad que ocupa la primera posición del ranking según el indicador ICE, con 57,3 puntos, 7,3 puntos por encima del promedio de España, que se sitúa justo en los 50,0 puntos.

Es decir, el tipo de exportaciones realizadas desde Castilla y León son las más complejas del país. Por el contrario, el último puesto está ocupado por Murcia que, con 39,3 puntos, se sitúa 10,7 puntos por debajo del promedio español.

¿Qué productos son responsables de las diferencias en la complejidad exportadora?
En Castilla y León, sobresalen las exportaciones de automóviles de turismo y de maquinaria y aparatos mecánicos, ambos productos con una complejidad elevada. En Murcia, en cambio, sobresalen las exportaciones de frutas y hortalizas (como las lechugas o los cítricos) y las de aceites de petróleo, que son productos de complejidad relativamente baja, lo que empuja el ICE murciano hacia abajo.

En el conjunto de la economía española, los productos con una mayor contribución al ICE son los relacionados con la industria automovilística, ya que constituyen el principal bien de exportación del país (el 17% de los bienes exportados) y son relativamente complejos.

Los otros dos tipos de productos que contribuyen significativamente a la complejidad exportadora de España son: máquinas y aparatos mecánicos, y aparatos y material eléctricos, ambos con una complejidad también superior a la media y, por tanto, con una incidencia positiva sobre el ICE.

A grandes rasgos se observa que, por un lado, hay regiones en las que el sector del automóvil tiene un peso preponderante (como Castilla y León, Navarra, País Vasco, Aragón y Cataluña) y, dado que los productos de este sector tienen una complejidad superior al promedio, impulsan arriba el ICE de dichas comunidades.

Por otro lado, las comunidades con mayor presencia de productos agrícolas (frutas y hortalizas) como Murcia, Andalucía o Extremadura, del sector petroquímico, como Canarias, o bebidas (incluyendo el vino), como la Rioja, tienen un ICE inferior al promedio español. En muchos casos, ello es resultado de la clara ventaja competitiva de las regiones españolas en la producción de estos productos, un elemento que no se debe desaprovechar. En definitiva, existen diferencias notables en el tipo de exportaciones de las distintas CCAA y, en particular, en su complejidad.