09/07/2018 DIARIO DEL PUERTO
El jueves a última hora de la noche el secretario de Estado de Infraestructuras, Pedro Saura, comunicó por teléfono a José Llorca su cese al frente del Organismo Público Puertos del Estado (OPPE), algo esperado desde hace semanas dado el nuevo signo político del Gobierno.
Ponía así fin Llorca a su segunda etapa como presidente de OPPE, conformada en esta ocasión por un total de siete años, marcados por su profundo conocimiento del sistema portuario; por un refuerzo claro del papel de OPPE como supervisor, coordinador e incentivador de la gestión de las autoridades portuarias; por una búsqueda del equilibrio entre la rentabilidad y el dar traslado de la misma a los usuarios de los puertos; y por un deseo de incrementar el protagonismo de estos, no ya en el ámbito operativo de la cadena logística, sino en el ámbito de gestión e integración de las mismas.
Muchas son las medidas y las iniciativas abordadas por José Llorca en estos siete años aunque cuatro han tenido un especial impacto a nivel sectorial.
1.- Reducción de las tasas portuarias
Entre las primeras apuestas nada más llegar al cargo de José Llorca al frente de Puertos del Estado estuvo la de reducir las tasas portuarias, lo que tuvo continuidad en los sucesivos ejercicios presupuestarios. Lo primero fue la reducción de la cuantía básica de las tasas a la mercancía, al pasaje y al buque de un 5%, pero a continuación se fueron incorporando año tras año nuevas reducciones, en tasas como la propia T3 en los actuales presupuestos, así como con el fomento de las bonificaciones.
Con un sistema portuario que año tras año multiplicaba su beneficio, el objetivo era evitar el acumulamiento per se y dar traslado del mismo a los usuarios. Por otra parte, se buscaba favorecer la sostenibilidad portuaria a través de aspectos como el tráfico ferroviario, el GNL o el consumo y las emisiones en puerto, para lo cual también se fomentó la reducción de tasas e impuestos.
2.- Fondo Financiero de Accesibilidad terrestre portuaria
Íntimamente ligada con la potencia económica lograda por los puertos en este periodo está la creación del Fondo Financiero de Accesibilidad Terrestre Portuaria, una herramienta por la que luchó Llorca frente el escepticismo de algunas autoridades portuarias y que perseguía aprovechar los beneficios portuarios para resolver el histórico y determinante a futuro déficit de accesibilidad en los puertos, principalmente ferroviario.
La idea de que cada autoridad portuaria aportara un porcentaje de sus beneficios a un fondo común para desarrollar infraestructuras de accesibilidad suponía que por vez primera los puertos iban más allá de su dominio en favor del interés general y ante la incapacidad de otros órganos competentes como Adif. La posibilidad de hacer inversiones propias en accesibilidad y descontarlo de las aportaciones ha provocado que todos las autoridades portuarias se hayan lanzado a invertir en sus enclaves para mejorar estas infraestructuras tan básicas.
3.- Ampliación de los plazos concesionales
Era una de las grandes demandas de los operadores portuarios para garantizar su futuro y sus cuentas de resultados y fue objeto de una dura pelea con el Ministerio de Hacienda, pero al final la Ley de Puertos fue reformada para ampliar los plazos de las concesiones portuarias a 50 años y, sobre todo, dando posibilidad a las concesiones vigentes a adaptarse a los nuevos periodos, eso sí, exigiéndose compromisos de inversiones y compensaciones que fueron por valor de casi 1.700 millones de euros. La tramitación de estas ampliaciones, eso sí, está siendo muy lenta.
4.- Reforma de la estiba
Si hay un asunto por el que quedará marcada por siempre la gestión de José Llorca ese será el de la liberalización de la estiba. La ansiada reforma emprendida bajo el paraguas de la condena del Tribunal de Luxemburgo tenía enormes aspiraciones y generó un conflicto de amplio impacto en la opinión pública, aún más relevante si cabe tras perder el Gobierno el primer asalto en el Congreso durante la convalidación de la reforma. El acuerdo posterior con el PdeCAT logró salvar una propuesta cuyo gran cambio según el propio Llorca es “la libertad” y que sigue inconclusa a la espera de un reglamento víctima de los retrasos de Fomento y del cambio de paso de la moción de censura.