Aumento de kilómetros ocasionado por el desvío obligatorio de camiones de la N232 a la AP68

25/04/2018 CETM LA RIOJA

La Rioja, una región que se desvía al abismo

CETM La Rioja muestra su total repulsa al aumento de kilómetros que han de realizar los vehículos pesados con motivo del desvío obligatorio de camiones de la N232 a la AP68, puesto en marcha el pasado mes de diciembre. Este colectivo riojano de transportistas denuncia que los kilómetros de determinados recorridos se han visto incrementados hasta en un 60% para evitar que estos vehículos transiten por la carretera N232 distancias prácticamente insignificantes.

Cabe recordar que la N232 es la única vía que vertebra la comunidad autónoma de La Rioja de este a oeste y la imposibilidad de transitar por su trazado obliga a estos vehículos a incrementar sus recorridos debido a los escasos accesos con los que cuenta la AP68 a lo largo de los 150 kilómetros de vía de peaje del tramo riojano.

Los principales problemas de esta restricción en este sentido se encuentran en La Rioja Baja. De esta manera, un vehículo afectado por esta normativa, de 4 o más ejes, para desplazarse desde Aldeanueva hasta Alfaro ha de retroceder hasta Calahorra para acceder a la AP68 y llegar a su destino por esta carretera de peaje. Lo que por la N232 supone un recorrido de escasos 14 kilómetros y una duración de 16 minutos, se convierte ahora en un trayecto de 51 kilómetros y tres cuartos de hora, para evitar de esta forma transitar menos de un kilómetro por la N232 entre un tránsito y otro.

Acceder a poblaciones como El Villar de Arnedo o Pradejón desde Logroño tiene consecuencias similares, ya que en vez de abandonar la AP68 en Agoncillo y transitar hasta esos municipios por los 22,6km que separan el peaje de estas poblaciones, los transportistas se ven obligados a desplazarse hasta Calahorra por la AP68 para regresar, ahora sí, por la N232 hasta cualquiera de estas localidades riojabajeñas, aumentando sus recorridos en 25,4km y 21 minutos, con el único objetivo de reducir el tránsito por la N232 en 9 kilómetros.

De igual manera, acceder a otros puntos como Arnedo, Quel, Autol o Rincón de Soto tiene consecuencias similares.
CETM La Rioja lamenta estas situaciones que lastran a las empresas de transporte y, por extensión, a todo tipo de industria en mayor o menor medida, sin que se traduzca en una mejora de la seguridad vial en la N232, ya que, al ser la única vía vertebradora de La Rioja ha de ser utilizada obligatoriamente por estos vehículos pesados para acceder a los puntos de carga o descarga de las mercancías que transportan.

Como es lógico, el incremento de los kilómetros conlleva otros aspectos negativos, como un exceso de contaminación; se calcula que un vehículo pesado emite casi 2 kg de CO2 por cada kilómetro recorrido. También incrementan los costes del transporte, valorados en algo más de un euro por cada kilómetro recorrido y supone notables aumentos de tiempos de conducción para unos profesionales del volante que en períodos diarios máximos de 13 horas tan solo pueden conducir durante 9.

Para evitar estos numerosos aspectos negativos, hay transportistas que deciden transitar por carreteras secundarias, incrementando la peligrosidad de estas vías exponencialmente, ya que no reúnen tantas medidas de seguridad como la N232. En definitiva, el aumento de kilómetros al que se ve obligado el transportista pone en entredicho el loable objetivo de esta norma, que es el de reducir la siniestralidad vial.

Paradójicamente, la misma resolución que obliga a los transportistas que realizan su trabajo en nuestra comunidad a realizar estos rodeos, permite a los vehículos cargados con mercancías peligrosas abandonar la AP68 por la salida más cercana a su destino en el sentido de la marcha, algo lógico a todas luces y que trasladado al sector de transporte de carga general solucionaría los numerosos problemas a los que se enfrentan hoy en día los camiones de 4 o más ejes afectados por esta restricción.

Finalmente, nuestro colectivo alerta que estos incrementos de costes de transporte tienen una respuesta sumamente negativa en el resto de los sectores económicos de nuestra región, la cual pierde competitividad y eficiencia respecto a otras comunidades limítrofes dotadas de mejores infraestructuras viarias. En definitiva, la comunidad autónoma de La Rioja se desvía al abismo.

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