Entrevista a Dulsé Díaz, CETM Cisternas: “La carretera atraviesa una situación de permanente inseguridad y de pérdida de competitividad”

20/07/2017 EL VIGÍA

El portavoz de CETM, Dulsé Díaz, lamenta que, a pesar de que durante el primer semestre del año se han creado 400.000 empleos y de que las previsiones del PIB apuntan un aumento del 3%, en el sector de la carretera “las cosas no van en la misma sintonía”. En este sentido, asegura que el aumento de las compras de camiones y de la facturación no ha sido suficiente para compensar la subida de los costes de explotación.

¿Qué valoración realiza del primer semestre del año? ¿En qué punto se sitúan los ánimos actualmente?
Es verdad que el año pasado aventuramos que 2017 sería un ejercicio lleno de incertidumbres. Por desgracia, los datos nos han dado la razón. Los Presupuestos Generales del Estado se han aprobado con sólo un voto de margen, lo que no garantiza que se alcancen acuerdos estables y duraderos entre las diferentes formaciones políticas. Por el contrario, están más preocupados por sus asuntos internos que en legislar una normativa que atienda a las necesidades del país, y de sus diferentes sectores económicos, en los que el transporte juega o debería tener, un papel esencial, por su condición de sector estratégico.

En resumen, y como primera conclusión, nos encontramos en una situación crítica y de permanente estado de inseguridad, de pérdida de competitividad y de incremento de la fiscalidad y de la burocracia, lo que inexorablemente nos conduce a una rentabilidad prácticamente nula. Prueba de ello es que en los primeros meses de este año han desaparecido más de 3.000 empresas de transporte.

El único aspecto positivo es que, a finales del pasado mes de mayo, vio la luz el primer borrador del reglamento de la LOTT. Quedan por aclarar y debatir algunos asuntos, pero en principio este borrador nos gusta.

¿Cuáles son los principales retos a los que deberá hacer frente el colectivo al que representan este segundo semestre?
Estamos muy preocupados, pues son muchos los asuntos a los que nos amenazan. Entre ellos destacan los nuevos peajes, como los de Etxegárate o La Rioja, un modelo de fiscalidad que bien podría ser copiado por otras comunidades autónomas, hasta convertirse en una verdadera Euroviñeta a escala nacional, algo que no debemos tolerar. Por el contrario, el Plan de Desvío Voluntario a las Autopistas de Peaje ha quedado en el olvido.

Por otra parte, también nos preocupa la competencia desleal en forma de empresas buzón, falsas cooperativas, plataformas de economía colaborativa o la intromisión de nuestros colegas portugueses; o las presiones que los cargadores mantienen sobre el Gobierno, empeñados en incrementar la masa máxima autorizada hasta las 44 toneladas.

Por último, también destacaría las medidas proteccionistas y las barreras administrativas que países como Francia y Alemania están imponiendo al transporte de mercancías por carretera, que rompen el mercado y reducen nuestra competitividad; y el deterioro de la Formación Profesional en nuestro país y en nuestro sector, salvando las limitadas ayudas que promueve el ministerio de Fomento.

¿La mejora de los tráficos, de la actividad y de la economía se ha traducido en una mejora de los beneficios de las compañías?
Rotundamente, no. Aunque se han creado 400.000 empleos y las previsiones del PIB apuntan a un aumento del 3,2% para este año, en nuestro sector las cosas no van en la misma sintonía. El aumento de las compras de camiones y la facturación no ha sido suficiente para compensar la subida de los costes de explotación (fundamentalmente el del combustible, en un 18,7%. Además, la cláusula de ajuste del precio del combustible es prácticamente inexistente), al tiempo que crece la morosidad, se reduce nuestra productividad con horarios y tiempos de carga y descarga inasumibles y con los precios de nuestros servicios estancados por la presión que ejercen nuestros cargadores y sus tenders.

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