Las 44 toneladas serían aceptables para la patronal si se consiguen mejoras en los plazos de pago y las esperas

29/06/2017 LOGÍSTICA Y TRANSPORTE

El problema de la presión de los cargadores y el Gobierno para que se acepten las 44 toneladas se evidenció ayer en la mesa redonda sobre el particular que se realizó en el congreso de cisternas en Madrid a la que asistió el presidente de Conetrans y vicepresidente de CETM.

En las jornadas, los transportistas, cargadores, y otros directivos del mundo del transporte aprovecharon para intercambiar opiniones sobre la última normativa europea de mercancías peligrosas, la conocida como ADR, y sobre el proyecto de la DGT de modificar la normativa sobre pesos y dimensiones: que trasladaría este límite de 40 a 44 toneladas.

CETM organizó en las jornadas una mesa redonda sobre la normativa de pesos y dimensiones en la que participaron el director general de Asfares, Julio Viartola, el director de logística y transporte de Feique, Jesús Soriano, el consejero delegado de ESK, Francisco Corell, y el consejero delegado del grupo Vía Augusta, Carmelo González.

En la mesa redonda, el director general de Asfares, Julio Viartola, expuso las posibilidades de las empresas de transporte de cisternas de aumentar la carga tras la modificación de la normativa en todas las modalidades: transporte de químicos, carburantes o gas, asegurando que ya incluso en muchas modalidades de carga se había ampliado acercándose a las 44 toneladas.

El director de logística y transporte de Feique, Jesús Soriano, por su parte, afirmó que la modificación de la normativa actual de carga es una solicitud que desde Feique realizaron a las autoridades «de forma prioritaria». Si se tomaran medidas, aseguró Soriano, y aceptara el Gobierno las 44 toneladas, se demandaría empleo, subsanando la pérdida inicial de 4.500 conductores que estimaba el Gobierno.

Al debate, y en representación de los transportistas, se sumaron Carmelo González y Francisco Corell, quienes defendieron un cambio de normativa pero a cambio de algo. «Las 44 toneladas para el transporte», reclamó Corell y añadió: «Hagamos una negociación (con los cargadores) y aceptemos acortar plazos de pago, reducción en el tiempo de espera…».

González estuvo de acuerdo con Corell y reafirmó su idea en una necesidad de «pacto escrito» entre las empresas transportistas y las empresas cargadoras. Los precios para las operaciones de carga y descarga, anunció el también presidente de Conetrans, son demasiado altos y los tiempos de espera desorbitados.

Soriano estuvo de acuerdo con los empresarios transportistas en una negociación y un acuerdo entre ambos sectores, «produciendo un nuevo marco de negociación». Algo que, como todos estuvieron de acuerdo en la mesa redonda, les vendría bien a todos: transportistas, cargadores y fabricantes de cisternas.

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