01/12/2025 DIARIO DEL PUERTO
La transformación digital de la carretera ya no es un objetivo a largo plazo. La eficiencia y competitividad del sector se juega en el campo de la innovación y la carretera lo sabe. Por eso, reclama un marco regulatorio coherente, ayudas específicas para la transición y unas infraestructuras preparadas para impulsar la actividad.
Los desafíos del transporte de mercancías por carretera español están claros y en el último tramo del 2025 se han confirmado como inevitables. Descensos de volúmenes transportados, costes al alza, presión regulatoria y cambios normativos, inestabilidad de los mercados y falta de conductores son el día a día del sector que suma ahora la (obligatoria) digitalización de la actividad.
Esta transformación digital se exige cada vez más desde la cadena de suministro que, a la vez, debe atender a sus propios retos de actualización para no perder competitividad; y se suma a otro desafío que atraviesa a la carretera: alcanzar las metas exigidas en el ámbito de la sostenibilidad.
“La Ley de Movilidad Sostenible reconoce la importancia estratégica del sector y busca hacerlo más sostenible, eficiente y competitivo, al tiempo que fomenta la digitalización y la intermodalidad”, comenta a Diario del Puerto Publicaciones Rocío Báguena, secretaria general de Transporte Terrestre del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
“En el ámbito de la digitalización, se promueve el uso de tecnologías de gestión de flotas, plataformas de información y herramientas digitales que optimicen rutas, reduzcan consumo de combustible y minimicen emisiones contaminantes. Gracias a ello, las empresas que apuesten por la innovación podrán reducir costes y mejorar su competitividad, adaptándose mejor a los requisitos medioambientales exigidos por clientes y administraciones”, confirma Báguena.
En este sentido, asevera la secretaria general, “la Ley incluye la obligatoriedad del documento electrónico de control, estableciendo su fecha de aplicación 10 meses después de la entrada en vigor de la Ley”. Asimismo, Báguena alude al grupo de trabajo de “digitalización”, constituido con el CNTC, y apunta que los avances pasan porque “está en tramitación un Real Decreto que modifica Real Decreto por el que se aprueba el Reglamento de la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres, y con el que se dará un paso más en la digitalización del documento de control, al hacer obligatorio el intercambio de datos digital. La Ley de Movilidad Sostenible obliga al documento digital, pero no al intercambio de datos. Esta modificación irá ya alineada con el Reglamento eFTI”.
Y es aquí donde hay que detenerse y subrayar que para las pymes pasar al DCE (documento electrónico de control) no es solo escanear un papel. El DCE implica seleccionar software, formar a personal administrativo y de operaciones, definir responsables de custodia, diseñar protocolos de presentación en carretera y coordinarse con cargadores y operadores para confirmar la interoperabilidad y coherencia de datos.
Las asociaciones del sector no niegan las ventajas del DCE pero, para evitar la brecha digital entre grandes operadores y autónomos, piden ayudas específicas para la transición y una guía de casuística que evite sanciones por errores formales en los primeros meses.
“Nadie en el transporte discute la importancia de reducir las emisiones, mejorar la eficiencia o digitalizarnos, pero no se puede exigir a las empresas de transporte que asuman solas el coste de esta transición, que debe ir acompañada de apoyo financiero, incentivos fiscales y una red de infraestructuras adaptada”, opina Carmelo González, presidente de la Confederación Empresarial de Transporte de Mercancías (CETM).
Doble desafío
Y la digitalización no llega sola. Juan José Gil, secretario general de Fenadismer, recuerda que “aún existe mucha incertidumbre sobre qué tecnología será la que finalmente se imponga en nuestro sector, ya que la electrificación 100% de nuestra flota está a años luz de que vaya a ser una realidad”. ¿Por qué? Porque esta tecnología “no es viable ni rentable”.
Para evitar la brecha digital entre grandes operadores y autónomos, las asociaciones piden ayudas específicas para la transición y una guía de casuística que evite sanciones por errores formales
En este sentido, desde ASTIC reclaman “una reformulación del programa Moves que favorezca la renovación del parque rodante, cada vez más envejecido, por vehículos de cualquier tecnología disponible viable que reduzca el consumo energético y, al mismo tiempo, mejore la fiabilidad y la seguridad vial activa y pasiva”.
Ramón Valdivia, vicepresidente ejecutivo de ASTIC, menciona como prioridad de la entidad lograr “la neutralidad tecnológica para que no se busque hacer artificialmente competitivas soluciones tecnológicas poco evolucionadas a base de gravámenes y restricciones sobre otras que sí permiten el efectivo cumplimiento de la misión de transporte internacional pesado de larga distancia”.
Quién asume el coste
Víctor González, presidente de Fetransa, insiste, “en cuanto al proceso de digitalización, nos preocupan los costes que se pueden derivar de la obligatoriedad del documento de control electrónico y de los aspectos técnicos que podrían dificultar el acceso a nuestros representados, pues gran parte de ellos están ya cerca de la edad de jubilación”.
Y sí, este tema se analiza en uno de los cuatro grupos de trabajo del sector con el Ministerio, reconoce González, pero es que “los avances son muy escasos. En los últimos meses ha habido demasiados cambios en el organigrama del Ministerio, lo que sin duda ha retrasado el ritmo de trabajo (en ocasiones de manera desesperante)”.
EL DATO 427,22 Millones de toneladas
Por su parte, Ovidio de la Roza, presidente de Asetra (Asociación de Empresarios del Transporte, Logística, Aparcamientos y Actividades afines del Principado de Asturias), declara que “se está regulando sin atender a la realidad del sector, acumulando normas que se solapan y generan más burocracia que eficiencia. No se trata solo de reducir emisiones o digitalizar trámites: necesitamos un marco regulatorio coherente. Cada nueva ley añade obligaciones, certificados y plataformas distintas, cuando el sector lo que pide es coordinación y sentido común”.
“Necesitamos un entorno normativo estable y menos intervencionista que permita trabajar con libertad, eficiencia y competitividad”, concluye Carlos Prades, presidente de la FVET (Federación Valenciana de Empresarios del Transporte y la Logística), “la estabilidad normativa también es una forma de competitividad”.

Rocío Báguena
“En el ámbito de la digitalización, se promueve el uso de tecnologías de gestión de flotas, plataformas de información y herramientas digitales que optimicen rutas, reduzcan consumo de combustible y minimicen emisiones contaminantes”

Carmelo González
“No se puede exigir a las empresas de transporte que asuman solas el coste de esta transición, que debe ir acompañada de apoyo financiero, incentivos fiscales y una red de infraestructuras adaptada”

Juan José Gil
“Aún existe mucha incertidumbre sobre qué tecnología será la que finalmente se imponga en nuestro sector, ya que la electrificación 100% de nuestra flota está a años luz de que vaya a ser una realidad”

Ramón Valdivia
“Otra prioridad es la neutralidad tecnológica para que no se busque hacer artificialmente competitivas soluciones tecnológicas poco evolucionadas a base de gravámenes y restricciones sobre otras”

Víctor González
“En cuanto a la digitalización, nos preocupan los costes que se pueden derivar de la obligatoriedad del documento de control electrónico y de los aspectos técnicos que podrían dificultar el acceso a nuestros representados”

Ovidio de la Roza
“Se está regulando sin atender a la realidad del sector, acumulando normas que se solapan y generan más burocracia que eficiencia. No se trata solo de reducir emisiones o digitalizar trámites: necesitamos un marco regulatorio coherente”

Carlos Prades
“Necesitamos un entorno normativo estable y menos intervencionista que permita trabajar con libertad, eficiencia y competitividad. La estabilidad normativa también es una forma de competitividad”

Transportistas 2025
El transporte de mercancías por carretera es fundamental para el país, por ello, es el protagonista del nuevo especial editado por Diario del Puerto Publicaciones: “Transportistas”.
El monográfico analiza la actualidad que más impacta sobre este eslabón vital de la cadena de suministro y lo hace contando con las principales voces del sector (patronales, asociaciones profesionales y empresas) que hablan de las previsiones de la actividad y sus grandes desafíos. Además, este año se ha unido a estas reflexiones la de la Administración de manos de Rocío Báguena, secretaria general de Transporte Terrestre del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible.
Finalmente, cabe destacar que, como en ocasiones anteriores, el libro incluye la sección “Transportistas Selección”, una relación de empresas que expresamente han querido destacar sus servicios como transportistas con nosotros.

Faltan 20.000 conductores
La escasez de chóferes profesionales en España es ya el mayor riesgo para la supervivencia del transporte por carretera. Según los últimos estudios, faltan más de 20.000 conductores y la edad media del profesional supera los 50 años. En este escenario, las organizaciones que representan al sector empresarial español lo tienen claro: vamos tarde y hay que actuar con rapidez.
Por ello, se ha creado dentro del Comité Nacional de Transporte por Carretera un grupo de trabajo específico para abordar esta problemática. Según el Ministerio, se está trabajando en el “Plan Re-conduce” por el que se busca incorporar conductores profesionales al transporte de mercancías; en un Real Decreto que regulará las ayudas para obtener los permisos de conducción C y D de forma directa si se está en posesión de la formación profesional de grado medio; y en agilizar los trámites para poder traer conductores de terceros países.
Por su parte, las patronales y federaciones sectoriales piden que la profesión se incluya en el Catálogo de Ocupaciones de Difícil Cobertura y que se facilite la incorporación de jóvenes y mujeres, para lo que es necesario impulsar mejoras en las condiciones del oficio como por ejemplo: áreas de descanso seguras, horarios compatibles con la conciliación, y un reconocimiento social que devuelva prestigio a una profesión esencial.

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