18/12/2025 MUNDO MARÍTIMO
A medida que se acerca el Año Nuevo chino 2026, los actores del mercado freight forwarding vuelven a centrar su atención en uno de los períodos más complejos del calendario logístico global. Si bien el entorno de demanda muestra señales de crecimiento moderado, la estacionalidad asociada a esta fecha continúa siendo un factor crítico para la planificación operativa y estratégica de propietarios de carga y operadores logísticos.
De acuerdo con el documento “Global Freight Forwarding Mid-Year Market Size & Forecasts 2025” de Ti, “el mercado global de freight forwarding crecería un 2,9% en 2025, apoyado en una demanda estable de transporte marítimo y aéreo y en un mejor desempeño de los mercados emergentes”. Sin embargo, incluso en este escenario relativamente estable, la disrupción asociada al Año Nuevo chino mantiene su peso estructural sobre las cadenas de suministro.
El Año Nuevo chino 2026 comenzará oficialmente el martes 17 de febrero, con feriados públicos entre el 16 y el 23 del mismo mes, pero en la práctica, los efectos se sienten mucho antes. Desde finales de enero, la actividad manufacturera comienza a desacelerarse a medida que las fábricas reducen producción y preparan cierres prolongados. A esto se suma la contracción de la logística terrestre, debido al retorno anticipado de conductores a sus provincias de nacimiento, y la escasez de mano de obra en puertos, bodegas y oficinas aduaneras
El resultado es una ventana de disrupción que suele extenderse por seis o incluso siete semanas, considerando que la normalización total de la producción y de las redes logísticas solo se alcanza tras el Festival de los Faroles, a comienzos de marzo.
Impacto operativo
Desde el punto de vista operativo, el impacto es bien conocido. Los cierres fabriles retrasan el cumplimiento de pedidos y elevan el riesgo de quiebres de inventario. En paralelo, en las semanas previas al feriado se produce una aceleración de embarques, cuando los exportadores intentan despachar carga antes de las detenciones productivas. Este rush ejerce presión adicional sobre la capacidad marítima y aérea, deteriora la confiabilidad de los servicios y suele traducirse en mayores costos.
“El período previo al Año Nuevo chino suele estar marcado por un aumento de los recargos de temporada alta y por una mayor congestión en gateways clave como Shanghái y Shenzhen”, advierte el análisis de Ti. Los puertos secundarios pueden ofrecer cierto alivio, aunque generalmente con menor frecuencia de recaladas.
Los sectores más expuestos a estas disrupciones siguen siendo electrónica, textiles, juguetes y automotriz, todos altamente dependientes de la manufactura china y de ciclos de exportación ajustados.
Cautela imperante en el comercio global
Este Año Nuevo chino llega, además, en un contexto de comercio global más prudente. Si bien el acuerdo bilateral firmado entre Estados Unidos y China en noviembre de 2025 alivió parcialmente las tensiones —con la suspensión de algunos gravámenes y controles a la exportación—, se mantiene un arancel recíproco base del 10% sobre los productos chinos. La incertidumbre de largo plazo persiste y se refleja en volúmenes más bajos: las reservas de contenedores entre China y Estados Unidos continúan por debajo de los promedios históricos, y los principales puertos reportan menor tránsito de buques que en anteriores años peak.
En este escenario, muchos propietarios de carga están optando por moderar volúmenes y afinar sus estrategias de inventario, en lugar de adelantar agresivamente embarques antes del feriado.
Paralelamente, el sector de freight forwarding mantiene inversiones selectivas que responden más a cambios estructurales que a la demanda estacional. El impulso a servicios premium, la digitalización, el crecimiento del e-commerce transfronterizo y la diversificación de rutas —incluyendo Asia–Sudamérica— reflejan una búsqueda de mayor resiliencia. Asimismo, estrategias como China+1 y el fortalecimiento de hubs regionales en Medio Oriente e India están redefiniendo las redes logísticas globales.
En síntesis, el Año Nuevo chino 2026 traerá desafíos operativos conocidos, pero en un entorno de demanda más blanda e incierta. Como concluye Ti, “el éxito durante el período del Año Nuevo chino dependerá menos de perseguir volumen y más de la planificación anticipada, la flexibilidad y la solidez de las redes logísticas”.


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