España aguarda el golpe logístico de Trump

05/05/2025 TRANSPORTE XXI

El anuncio de aranceles del 20% a la UE amenaza las exportaciones españolas y obliga a las empresas a buscar mercados alternativos al estadounidense, así como a establecer unas cadenas de suministro más resilientes.

El regreso de Donald Trump a la Casa Blanca ha convulsionado las cadenas logísticas globales. Su agresiva política arancelaria ha sacudido las bases del comercio mundial, abriendo una nueva etapa inédita en los intercambios de bienes.

El tsunami se originó el pasado 2 de abril, bautizado por Trump como “Día de la liberación de Estados Unidos”, cuando anunció la extensión y elevación de los aranceles a la práctica totalidad de sus mercados de importación con el objetivo de equilibrar su abultado déficit comercial y “hacer América rica de nuevo”.

Estas nuevas directrices impositivas, que parten de una base mínima del 10 por ciento, elevaron dicho porcentaje para unos 60 países, entre los cuales se sitúan los de la Unión Europea, con un 20 por ciento en sus aranceles, así como de China, con un 54 por ciento.

El temor a la correspondiente respuesta de contramedidas de sus destinarios, la reacción de desplome en los mercados bursátiles y el riesgo de una recesión en la economía estadounidense obligó a Trump a pedir un ‘tiempo muerto’ de 90 días con la intención de poder negociar nuevas condiciones con los países afectados, si bien en el caso de China arrancó con una guerra comercial, con unos tipos del 125 por ciento desde ese momento.

El terremoto también tendrá su impacto en el comercio exterior español. La Cámara de Comercio de España calcula que la imposición de aranceles del 20 por ciento “podría llegar a reducir las actuales exportaciones de bienes al país norteamericano en un 14,3 por ciento”. No en vano, Estados Unidos ocupa el sexto mercado exportador de bienes, tras Francia, Alemania, Italia, Portugal y Reino Unido, y es el quinto importador, después de Alemania, China, Francia e Italia.

Para contrarrestar los efectos de la nueva política comercial de Trump, el Ejecutivo de Pedro Sánchez presentó un plan para movilizar hasta 14.100 millones de euros, basado, principalmente, en la activación de líneas de avales y financiación intermediada por parte del ICO, de seguros de créditos a la exportación del CESCE y con préstamos.

La patronal logística UNO, que preside Francisco Aranda, solicita al gobierno español “una respuesta rápida y decidida, que combine el diálogo con la adopción de medidas concretas y eficaces”. Una de las más urgentes, “aliviar la carga que supone el aumento de costes derivados de estos aranceles”.

Aranda considera “imprescindible avanzar en la rebaja de las cotizaciones sociales, que en España se mantienen en niveles especialmente elevados”. A su juicio, “es clave intensificar la búsqueda de mercados alternativos y fortalecer acuerdos estratégicos, como los que pueden alcanzarse con Mercosur”.

El presidente de UNO recalca que “en este escenario de volatilidad e incertidumbre estructural, el papel de los profesionales logísticos es más relevante que nunca”. En su opinión, “su capacidad de anticipación, de adaptar operativas, explorar rutas alternativas y aplicar tecnologías predictivas será determinante para amortiguar el impacto de estas disrupciones en la cadena de suministro”. En consecuencia, “las estrategias just in case, frente a las tradicionales just in time, se consolidan como indispensables”, concluye Aranda.

En la misma línea, la Asociación de Empresas del Gran Consumo (Aecoc) resalta “la importancia de tratar de frenar el ‘tsunami regulatorio’ generado en los últimos años, reducir la carga burocrática y avanzar hacia una mayor armonización legislativa con la UE para garantizar la eficiencia del mercado único, tanto español como comunitario, ya que la fragmentación es un lastre para la capacidad competitiva de las empresas”.

Por su parte, Jordi Espín, secretario general de Transprime, incide en que “nunca antes, como ahora, la política había influido de manera tan decisiva en el terreno logístico. Algunas de las reacciones son la reubicación de flujos de transporte con alteración de densidades de demanda.

Según su análisis, “la fluctuación del coste del petróleo puede suavizar el coste de maniobra logística final, pero las esperas, la mayor ocupación de contenedores y la alteración de las rotaciones marítimas son elementos fundamentales para el buen gobierno del flujo global de transporte”.

Espín concluye que “las rutas del transporte global están cambiando de manera acelerada, por lo que debe estudiarse bien cualquier movimiento de mercancías antes de empezar el trayecto para garantizar su flujo hasta el destino final. También en conexión perfecta con la demanda del cliente para que entre el exportador y el comprador exista el suficiente tejido colaborativo para mitigar cualquier gasto o demora”.

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