03/05/2023 TRANSPORTE XXI

El Parlamento trata de evitar la fuga de tráficos, ampliando el pago por emisiones de las navieras a los “puertos vecinos de transbordo”, recogiendo la demanda de España impulsada por Bahía de Algeciras.

La Unión Europea intentará evitar el “paraíso de carbono” en el que se pueden convertir varios puertos no comunitarios, como el caso de Tánger-Med, a partir de 2024, aplicando el concepto de “puerto vecino de transbordo”.

El Parlamento y la Comisión tratan así de evitar la fuga de tráficos ampliando el sistema de comercio de derechos de emisión (ETS) para el sector marítimo, que entrará en vigor dentro de un año, a puertos no pertenecientes a la Unión, pero que están a un límite de 300 millas náuticas.

Para ello, Bruselas ha excluido de la definición de “puerto de escala” a aquellos enclaves situados en estos límites siempre que sus flujos de transbordo superen el 65 por ciento de su tráfico total de contenedores, reformando la propuesta inicial del reglamento que levantó una enorme polvareda en el sistema portuario español. La normativa viene a recoger, en parte, las peticiones españolas, bajo el timón del Puerto de Bahía de Algeciras, Puertos del Estado y Marina Mercante, y a las que sumaron los puertos de Valencia y Barcelona.

En esta definición entrarían, no solo Tánger-Med, ubicado a una decena de millas de Algeciras, sino enclaves como el británico de Southampton, situado frente a la costa francesa, o Felixstowe, frente a Brujas y Róterdam.

La medida trata así mismo de evitar en lo posible que se provoquen traslados de los actuales centros de operaciones portuarias a puertos situados fuera de la Unión, aunque el texto aprobado recuerda que “deben tenerse en cuenta las medidas adoptadas en terceros países que tengan un efecto equivalente”, en precaución de que países no comunitarios apliquen medidas recaudatorias similares a las navieras. En este sentido, la normativa europea establece que la Comisión Europea deberá definir antes de que termine el presente ejercicio cuáles son los “puertos vecinos de transbordo”, un listado de enclaves que será actualizado cada dos años.

La falta de una medida que no incluyera a puertos como Tánger-Med dentro del sistema de comercio de emisiones habría tenido un impacto directo en el sistema portuario español, que viene “sufriendo” la emergencia del gigante marroquí que en 2022 lideró el tráfico de contenedores al sur de Europa, con un movimiento de 7,6 millones de TEUs.

La Unión Europea ha dejado fuera del sistema de pago a los buques de arqueo bruto inferior a 5.000 toneladas, que representan menos del 15 por ciento de las emisiones de los buques. Bruselas quiere analizar su inclusión en el futuro con el objetivo de “mejorar la eficacia del régimen y reducir las prácticas de elusión” al mismo por parte de las compañías navieras.

Mecanismo antideslocalización

Por otro lado, el Parlamento y la Comisión Europea el Parlamento han dado luz verde al nuevo Mecanismo de Ajuste en Frontera por Carbono. Su objetivo es incentivar a terceros países para que eleven la ambición de sus objetivos climáticos y garantizar que los esfuerzos europeos no se vean socavados por la deslocalización de la producción a países con políticas menos ambiciosas.

Por el momento, los productos a los que se aplica este mecanismo de ajuste son el hierro, el acero, el cemento, el aluminio, los fertilizantes, la electricidad y el hidrógeno, así como las emisiones indirectas en ciertas circunstancias. Bruselas ha explicado que “los importadores de estos productos tendrían que pagar la diferencia entre el precio del carbono pagado en el país de producción y el precio de los derechos de emisión de carbono en Europa”. Este mecanismo se pondrá en marcha de forma progresiva a partir de 2026 hasta 2034, “al mismo ritmo que se eliminan los derechos de emisión gratuitos” en Europa.

Combustibles aéreos sostenibles

Por último, dentro del Pacto Verde Europeo se ha llegado a un acuerdo para reducir las emisiones de la aviación mediante el fomento de combustibles de aviación sostenibles. En concreto, los proveedores de combustibles de aviación deberán suministra al menos un 2 por ciento de combustibles verdes en 2025 en los aeropuertos comunitarios, un porcentaje que ascenderá al 70 por ciento en 2050. Además, una proporción específica del mix de combustibles, el 1,2 por ciento en 2030 y el 35 por ciento en 2050 deberá incluir combustibles sintéticos como el e-queroseno.

El acuerdo europeo define como “combustibles de aviación sostenibles” los sintéticos, los producidos a partir de residuos agrícolas o forestales, algas, biorresiduos, aceite de cocina usado o ciertas grasas animales, así como combustibles de aviación reciclados producidos a partir de gases residuales y plásticos. Aquellos derivados de materiales de palma y sojas no se consideran ecológicos, ya que no se alinean con los criterios de sostenibilidad, mientras que se incluye el hidrógeno renovable como parte de un mix de combustible sostenible. A partir de 2025, las aerolíneas podrán comercializar sus vuelos con una etiqueta ambiental que indique la huella de carbono y la eficiencia esperada de CO2 por kilómetro. La aviación civil supone el 13,4 por ciento de las emisiones totales de CO2 de transporte en Europa, según la Comisión Europea.