AP-2, AP-7 y los tramos norte de la C-31, C-32 y C-33, libres desde el 1 de septiembre

23/08/2021 TRANSPORTE AL DÍA

El 1 de septiembre termina la concesión otorgada a Abertis de varias autovías españolas, por lo que la compañía ya ha comenzado los trabajos para liberalizar estas carreteras y eliminar las ‘playas’ de peajes presentes en las mismas. Hasta que las instalaciones se desmantelen y se permita una libre circulación, Abertis instalará señales luminosas y fijas con las que avisar de su presencia para que los conductores aminoren la velocidad al llegar a estas ‘playas’ de peajes, aunque las barreras ya no existan más.

El próximo 1 de septiembre a las 00:00 horas, la AP-2 dejará de ser una autopista de pago. Tras 44 años de concesión en los que la carretera que conecta Zaragoza y el Mediterráneo ha vivido como una carretera de peaje, la AP-2 pasará a ser una autovía en todos sus tramos, incluso el de El Vendrell y Lleida. Misma situación se vive en la AP-7 en el tramo entre Cambrils y La Jonquera y en los tramos norte de la C-31, C-32 y C-33. Acesa e Invicat, empresas gestoras bajo el paraguas de Abertis, ya han iniciado todo el proceso.

De hecho, las empresas filiales de Abertis ya han empezado a mandar a sus 334 empleados las cartas de despido derivadas de la nueva situación. Sólo un pequeño retén de los trabajadores mantendrá su empleo hasta el 30 de noviembre para permitir el traspaso administrativo de la gestión de estas autovías al Ministerio de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana y al Departamento de Políticas Digitales y Territorio de Cataluña. A su vez, parte de los mismos trabajarán en desmantelar las ‘playas’ de peaje, como puede ser en el caso del peaje de la AP-2 en Pina de Ebro.

En términos prácticos, el único cambio visible para los conductores, más allá de no tener que pagar por utilizar estas vías, será la situación de las ‘playas’ de peajes hasta que estas sean eliminadas. Abertis instalará la pertinente señalización y balizamiento en las zonas donde había barreras para que los usuarios reduzcan la velocidad al pasar por ellas. Sin embargo, el previsible aumento del tráfico en estas vías puede provocar que los antiguos peajes se convierta nen cuellos de botella y generar importantes atascos.

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