La CEOE asegura que las empresas y la exportación serán las palancas de la recuperación

13/04/2020 DIARIO DEL PUERTO

El Departamento de Economía de la CEOE ha elaborado un informe especial sobre el escenario económico del país y el impacto del coronavirus. Entre otras muchas observaciones, la CEOE considera que el escenario de recesión en España en 2020 es “prácticamente inevitable” y aconseja poner el foco en la actividad empresarial y en la exportación como “palancas de la recuperación”.

El informe recuerda que el coronavirus ha llegado en un momento en el que un periodo de desaceleración de la actividad y del empleo, con unas finanzas públicas que no están en buena posición, con una deuda pública muy elevada y lejos de unas cuentas públicas equilibradas.

La CEOE asegura que el panorama es bastante impredecible, por lo que “se hace difícil predecir un solo escenario”. Precisamente, en función del grado de utilización de las tecnologías o de su consideración como actividad esencial, la crisis está afectando de una manera muy desigual a los diferentes sectores de la economía, “lo que aconseja que las intervenciones públicas prioricen a las actividades y empresas más perjudicadas”.

Recuperación más rápida
La CEOE considera que debido al “shock de impacto” de la economía, la recuperación debería “ser más rápida que cuando asistimos a un final de ciclo del tipo de la pasada recesión”.
En todo caso, advierte de que la recuperación estará condicionada por varios factores como la duración de esta situación, el nivel de desempleo alcanzado, el impacto en el tejido productivo (en función de cuántas empresas sobreviven y de cuándo su actividad y empleo alcancen los niveles pre-crisis), el grado de sincronización de la recuperación a nivel mundial y, sobre todo, en Europa y el acierto y eficacia en las medidas de política económica.

Crecimiento
En función de unas hipótesis sobre el periodo de recuperación progresiva de la actividad (que prevé que el fin de las reducciones de movilidad se producirá a comienzos de mayo y a partir de esa fecha se iniciaría una progresiva y paulatina vuelta a la normalidad, más rápida durante el mes de mayo, y más progresiva en meses posteriores) el informe de la CEOE plantea un escenario económico en el que se estima un descenso del PIB en el año 2020 del orden del -5% en el escenario de recuperación más intensa.

Para 2021, y considerando que se logra una completa vuelta a la normalidad, el PIB experimentaría un notable rebote ligeramente superior al 5% (el 5,2%).

También es probable que pueda darse un escenario de recuperación más lenta si es necesario extender el periodo de confinamiento y/o las medidas que se adopten no alcancen los objetivos esperados y, en consecuencia, los descensos de la actividad podrían ser más intensos que los estimados anteriormente. En este escenario, la recuperación de la economía sería menos dinámica y se alcanzarían unos niveles de actividad más moderados en la última parte del año. En estos casos, y en función de la intensidad de los efectos considerados, la contracción del PIB podría situarse por encima del -9%.

Ante este impacto, la CEOE considera necesario “que se planifique una estrategia de normalización en la que se adopten las medidas adecuadas, tanto en las próximas semanas como en los próximos meses, para mitigar los efectos de la crisis y favorecer la recuperación”.

En este sentido, en el corto plazo, “son positivas las medidas destinadas a dotar de liquidez a las empresas con la mayor rapidez posible. Las líneas de avales, que debieran habilitarse con la mayor celeridad posible, y el aplazamiento de impuestos van en esta adecuada dirección”.

Empleo
Por lo que respecta al empleo, en el escenario de recuperación más intensa, el PIB experimentaría un descenso del -5,0% en 2020. En este contexto, el empleo, medido en términos de ocupados EPA, caería un -2,3% de media anual, lo que supondría la pérdida de empleo para unas 445.300 personas. El paro aumentaría en 560.000 personas, hasta situarse en 3,8 millones, mientras que la tasa de paro pasaría del 14,1% en 2019 al 16,5% en 2020.

En el escenario de recuperación menos intensa y retrasada en el tiempo, el PIB podría experimentar una contracción del entorno del -9%, el empleo disminuiría un -4,0%, lo que supone una caída de los ocupados de 796.800 personas. Mientras, el desempleo ascendería en 912 mil personas, hasta rozar los 4,2 millones de personas, y la tasa de paro aumentaría casi cuatro puntos porcentuales, hasta el 18,0% en 2020.

Déficit público y deuda pública
Según el informe de la CEOE, el déficit público se situaría entre los 85.000 y los 120.000 millones de euros, o entre el 7,5% y el 11% en términos de PIB. Así, si no se incurre en errores en la toma de las medidas, siendo estas efectivas, la recuperación es relativamente rápida y consigue minimizarse la intensidad de la caída de la actividad (escenario de caída del PIB del -5%), esto tendría su reflejo en un mejor comportamiento de la recaudación y un gasto público algo más contenido, por lo que el déficit público podría situarse más cerca del 7,5%. Por el contrario, en una caída del producto más abrupta (cerca del -9%), con su correspondiente impacto sobre empleo, recaudación y necesidades de recursos, podría llevar al déficit a niveles cercanos al 11% en términos de PIB. En este contexto, la deuda pública ascendería hasta el 108% del PIB en el escenario de crecimiento más benigno, mientras que, si el receso es más profundo, la reactivación más lenta y las medidas menos eficaces se elevaría por encima del 115%.

Recomendaciones
La CEOE define la situación económica actual como una “crisis de oferta”, en donde algunos sectores y sus correspondientes trabajadores están gravemente afectados. Por ello, parte de la solución a esta crisis “debe ser la implementación de medidas de política económica que vayan dirigidas a estas actividades, facilitando la adaptación de las empresas, otorgando más flexibilidad, apoyando a la liquidez y posibilitando la moratoria de impuestos, a semejanza de lo que están haciendo el resto de los países de nuestro entorno”. Con todo, el informe asegura que esta situación “no es óbice para que el apoyo se generalice a todas las empresas”.
Para la CEOE, “las empresas necesitan recursos para poder atender a los imponderables que han surgido de esta pandemia, pero también tienen la obligación de planificar la disponibilidad de recursos”.

El informe advierte de que aquellas empresas que no tengan apoyo económico, fiscal o financiero en esta crisis, “tienen un riesgo muy alto de desaparecer, sobre todo, las pymes, lo que tendrá consecuencias significativas en el empleo y en los ingresos públicos”.

Para la Confederación, las empresas actuarán como “palancas de salida de la actual situación” y se debería permitir que “puedan producir en aquello que consideren que la sociedad demanda, bajo el paraguas del mercado, ya que es el mejor incentivo para que se transformen y adapten a las nuevas necesidades”.

En este sentido, el informe asegura que “sería deseable, por un lado, no cargar a las empresas con obligaciones adicionales y, por el otro, evitar limitaciones y prohibiciones para su actividad”.
Por ello, es fundamental “aumentar la flexibilidad de nuestro tejido productivo para que pueda adaptarse y funcionar en el actual entorno. Además, se debería salvaguardar la competitividad de nuestras empresas para que las exportaciones también sean una palanca de recuperación, como ya pasó en la crisis de 2008”.

Sectores más y menos afectados
En un estudio de Collado y Rodríguez, en base a la metodología de input-output, se señala que los sectores más afectados, de manera directa, por las restricciones a la actividad durante el estado de alerta son fundamentalmente “sectores de proximidad”: eventos deportivos, culturales y recreativos, alojamientos, viajes, transportes de pasajeros, servicios inmobiliarios, la venta y reparación de vehículos y personal doméstico. También tiene caídas relevantes la fabricación de vehículos, madera, plásticos, productos metálicos y el hierro y acero. En el otro extremo, hay tres sectores que ven incrementada su actividad: programación y consultoría informática, productos farmacéuticos y actividades sanitarias.

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