Los transportistas pierden estabilidad en las relaciones comerciales con los cargadores

09/05/2016 EL VIGÍA

09-05-2016 Los transportistas pierden estabilidad en las relaciones comerciales con los cargadoresLos acuerdos comerciales que unen a cargadores y empresas de transporte de mercancías por carretera son cada vez menos estables. Es una de las principales conclusiones del informe Sistemas de Comercialización de las Empresas y Operadores del transporte de viajeros y mercancías por carretera, encargado por el ministerio de Fomento y realizado por la consultora Teirlog Ingeniería, que sitúa esta tendencia como uno de los principales cambios en las relaciones entre transportistas y cargadores con respecto a 2005, año en el que se realizó el último estudio comparable.

El análisis del documento se refiere a la crisis económica como el principal factor que explica un descenso del 15% durante los últimos diez años en el número de acuerdos estables para el sector en los tráficos nacionales. Está “relacionado –justifica el informe– con la gran recesión en el sector del transporte, consecuencia de la crisis económica global que afectó también de manera importante al sector del transporte”. Desde el ámbito de los cargadores, el presidente de Aeutransmer, Carlos Castán, coincide en que “es probable que la incertidumbre debida a la crisis económica de los últimos años haya dificultado que las empresas transportistas grandes cerraran acuerdos con sus clientes”. “Factores como los costes de combustible, financieros y los niveles de actividad eran difícilmente previsibles y dificultaban el cierre de acuerdos satisfactorios para ambas partes”, explica el presidente de la asociación de empresas usuarias de transportistas de mercancías.

En el otro extremo de la cadena de comercialización, el secretario técnico de Fetransa, Jorge Somoza, asume también que este periodo de crisis “ha motivado que muchas empresas hayan tomado decisiones comerciales a corto plazo, que provoca que haya menos relaciones duraderas y estables en el transporte”. Sin embargo, Somoza observa también responsabilidad de los cargadores, que “se limitan a valorar al precio” en las relaciones comerciales con el transporte. “En eso ha contribuido la desregularización y liberalización que se está produciendo en la política del sector, en el que aumenta la debilidad del transportista en la capacidad negociadora frente al cliente y le imposibilita a establecer condiciones estables, que es lo que interesa a los transportistas”. Un interés motivado, según el estudio, en que es una manera de “asegurar una relación mercantil sólida, que permite planificar las inversiones y las operaciones”. Se trata de un modelo de comercialización generalmente “beneficioso”, aunque asume que “genera una fuerte dependencia del cliente” que “puede tener inconvenientes a la hora de la fijación del precio del transporte, al estar subordinado a la fidelidad de dicho cliente el citado parámetro”.

Somoza se refiere también a la “excesiva subcontratación de las cargas” como otro factor que aporta inestabilidad en las relaciones comerciales de los cargadores. Se trata, en su opinión, de una práctica impulsada por “especuladores, que no aporta ningún valor añadido al servicio, que se mueven únicamente por su comisión, a costa del precio real del servicio”. Para el secretario general de Fenadismer, Juan José Gil, la subcontratación es también una de las claves a la hora de analizar la realidad del mercado de comercialización del transporte. “Las empresas de transporte de menor dimensión trabajan para grandes empresas de transporte, operadores y cooperativas, no para empresas cargadoras directamente”, explica Gil. Esta circunstancia causa, según su valoración, “un crecimiento del proceso de concentración de la comercialización de la actividad del transporte en España, en el que un reducido número de empresas –grandes flotistas u operadores– acumulan un porcentaje elevadísimo de la facturación total, con la paradoja de que en la mayoría de los casos se trata de empresas que no tienen vehículos propios o bien que facturan mucho más transporte del que pueden realizar con su propia flota”.

Uno de los aspectos más sorprendentes del informe es que esta reducción en la estabilidad de los contratos es especialmente destacable en las empresas transportistas de mayor dimensión, con más de 20 autorizaciones. En este sentido, el número de empresas de mayor tamaño que operan sin acuerdos ha llegado incluso a cuadruplicarse con respecto a 2002. Desde el sector del transporte asumen con escepticismo estos datos, como explica el portavoz de Fenadismer: “A nuestro juicio, resulta muy arriesgado desde un punto de vista empresarial desarrollar su actividad sin tener clientes estables, por lo que consideramos que dichos resultados pueden ser debidos a una incorrecta interpretación del cuestionario planteado o de imputación errónea del resultado obtenido”, sostiene Juan José Gil. La valoración es similar a la del secretario técnico de Fetransa, Jorge Somoza, que califica como “llamativo” este dato, “porque las empresas de mayor dimensión son las que tienen relaciones más documentadas y acuerdos más estables. Es un dato que me sorprende mucho”.

El 86% de los autónomos nunca subcontrata cargas a otros transportistas
Sólo el 22% de las empresas de transporte de mercancías utilizan la colaboración de otros transportistas para atender las demandas recibidas de sus clientes. Se trata de unos de los datos aportados en este informe del ministerio de Fomento, que evidencia la diferente estrategia de subcontratación de las cargas en función del tamaño de la sociedad. Así, las compañías que recurren a esta fórmula con otros transportistas con mayor frecuencia son las empresas con mayor número de autorizaciones: el 100% de las empresas encuestadas en el estudio, en el caso de sociedades con más de 60 autorizaciones. Sin embargo, las compañías con una única autorización sólo demandan la colaboración de otro transportista en el 13,8% de los casos. “Una explicación de estas cifras se centra en la existencia de contratos exclusivos de las grandes empresas con las más pequeñas, las cuales, en general, no pueden a su vez realizar con terceras empresas este proceso”, razona el documento.

El secretario general de Fenadismer, Juan José Gil, recuerda que el modelo de colaboración “es una figura prevista en la Ley de Ordenación de los Transportes Terrestres, que permite a las compañías de transporte que coyunturalmente no pueden atender las demandas de transporte con sus propios vehículos, puedan subcontratar ese exceso de demanda a otro transportista”. En su opinión, tal y como está configurada, la colaboración “es una figura a la que recurre de forma habitual las grandes empresas de transporte, más que las de menor dimensión”. El secretario técnico de Fetransa, Jorge Somoza, coincide en su análisis, al considerar que “es incuestionable que el autónomo y las pequeñas empresas tienen complicado acudir a la colaboración si no es algo puntual, porque difícilmente tienen capacidad para la externalización”.

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