Exteriores convoca al embajador francés tras el ataque galo a un convoy español de camiones

07/04/2016 EL MUNDO

 

El déjà vu tuvo lugar el pasado lunes, cuando un centenar de viticultores franceses asaltaron a un grupo de camioneros españoles y destruyeron los cerca de 30.000 litros de vino que transportaban en el paso fronterizo de Le Boulou, cerca de la Junquera. La mercancía, que venía de Castilla-La Mancha, quedó derramada por el asfalto, formando ríos carmín por la carretera.

 

Los asaltantes galos pretendían denunciar las importaciones a bajo precio del vino español, aunque el incidente, que se repitió hace semanas con un convoy de frutas y cítricos murcianos, ha tensado la cuerda en las relaciones diplomáticas entre ambos países, ya tirantes tras las críticas al deportista español Rafael Nadal de los últimos meses.

 

El Ministerio de Asuntos Exteriores convocó hoy al embajador francés en nuestro país, Yves Saint-Geours, a una reunión para trasladarle la protesta formal de España ante este ataque. En la escala de protestas diplomáticas, es el paso previo a la «llamada a consultas», o retirada temporal del embajador del país ofendido.

 

El Gobierno lamentó ayer unos hechos «que se producen con demasiada periodicidad» y que suponen «una violación flagrante de los varios principios básicos de la Unión Europea», como el de la libre circulación de mercancías entre los estados miembros.

 

¿Por qué nos atacan?

España ha informado el incidente a la Unión Europea, ha trasladado su protesta de manera oficial ante las autoridades francesas y ha pedido que se tomen las medidas oportunas para evitar que se repita. El Ejecutivo galo no se ha pronunciado, de momento, al respecto.

 

«Protegemos nuestra producción contra la competencia de vino a bajo precio que vienen de España e Italia», se justificaba Frédéric Rouanet, presidente del sindicato de viñedos del departamento de l’Aude al medio galo Normandie.fr.

 

Según las organizaciones agrarias españolas, estos amenazaron a los camioneros que trataban de atravesar la frontera con el caldo español y solo unos pocos pudieron continuar su trayecto, pero con el cargamento a medias y con pintadas de «cargamento ilegal» en sus convoys.

 

Hace dos meses se repitió el suceso, aunque en aquel caso se destruyeron unas 20 toneladas de cítricos y frutas que venían de Murcia. «Nosotros exportamos vino, frutas y hortalizas a Francia y a través de Francia a otros países, igual que ellos introducen en España miles de litros de leche. Estamos en un mercado común», critica la Unión de Pequeños Agricultores (UPA).

 

Otras organizaciones como COAG han criticado «la pasividad de los gendarmes franceses» que deberían vigilar la frontera. Aseguran, además, que la crisis de precios que sufren los agricultores franceses «también la padecen los españoles».

 

«Se busca apartar a los productores españoles del mercado comunitario cuando las verdaderas responsables son las grandes cadenas de distribución, principalmente francesas, que abusan de su posición de dominio en el mercado para imponer precios de ruina en el campo», ha denunciado Miguel Blanco, secretario general de COAG, a Europa Press.

 

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