05/04/2016 TRANSPORTE PROFESIONAL

 

Desde el 1 de abril, fecha en la que entró el vigor el peaje para vehículos de más de 3,5 toneladas de masa máxima autorizada que circulen por las carreteras belgas, se han producido movilizaciones por parte de los transportistas que se oponen a la medida. También se han detectado deficiencias técnicas en los equipos que han de llevar instalados los vehículos a bordo (OBU).

 

Las movilizaciones llevadas a cabo por los transportistas el 1 de abril, coincidiendo con la entrada en vigor del peaje belga, consistieron en marchas lentas de camiones por la red de carreteras y bloqueos de las principales autopistas, como la A4, que une Bruselas con Luxemburgo, y la N5, entre Bruselas y Charleroi, así como los pasos fronterizos que unen Holanda y Francia con Bélgica y los accesos a los polígonos industriales de Villers-Le-Bonillet, Herstal (Lieja), Courcelles (Hainant) y Torunai-Ouest.

 

Los transportistas se han quejado, entre otras cosas, de los numerosos problemas técnicos en los aparatos de control OBU (On Board Unit) instalados en los camiones, que están afectando tanto a la localización de los vehículos como a la facturación del tramo recorrido, con el agravante de que el sistema gestionado en situación de monopolio por la empresa Satellic sólo concede un plazo máximo de tres horas para ser reemplazados. Si no lo hacen, pueden ser multados con hasta 1.000 euros.

 

Otros problemas añadidos son las dificultades de muchos transportistas extranjeros (entre los que se encuentran los españoles) para poder conseguir los aparatos de control.

 

Algunas asociaciones de transporte europeas han pedido que se aplace la entrada en vigor de la nueva tasa kilométrica hasta que se subsanen las deficiencias técnicas y se establezca la interoperabilidad del peaje belga con otros dispositivos existentes en la Unión Europea, para así permitir la entrada de nuevos operadores en la gestión de dicho peaje.